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La sexta derrota de la temporada fue la definitiva. Se acabó. El intocable Barcelona de Luis Enrique ya es historia y el Atlético de Madrid desnudó las carencias que comenzaron a apreciarse cuando los resultados escondían cierta pérdida de consistencia.
Desde que el Milan conquistó la Copa de Europa en 1990, repitiendo la ganada en 1989, ningún equipo ha defendido con éxito el título y este Barcelona, presentado como el mayor aspirante a romper la maldición tampoco pudo hacerlo.
Después de enlazar 39 partidos sin perder, el Barça ha sido derrotado en tres de los últimos cuatro. Y si las sufridas frente a Real Madrid y Real Sociedad tienen todavía solución en la Liga, la encajada en el Calderón no tiene vuelta atrás.
“Cuando juegas a no perder estás mucho más cerca de hacerlo” se escuchó en una tertulia al término del encuentro entre una afirmación incluso más dura: “Es la imagen del Tata Martino”. De tan lejos que se encontraba de sí mismo, al Barça le costaba más encontrarse a medida que pasaban los minutos.
Y lo acabó pagando. Despersonalizado en el grupo, pagó aquella dependencia excesiva de la MSN. Desaparecido Messi, Neymar anduvo muy fallón y Suárez apareció en cuentagotas… Y sin ellos no hubo manera de que el colectivo pusiera orden. Sin recursos para superar la dimisión del Tridente no hubo mucho a decir.
Hubo un penalti, sí. Un penalti clamoroso en el último minuto que, quizá, pudo cambiar la suerte de la eliminatoria conduciéndola a la prórroga y a una posible, quizá, clasificación del Barcelona. ¿Cambiaría esa circunstancia la realidad de este equipo?
“Es evidente que estamos en un mal momento… de resultados” admitió simplemente Luis Enrique apenas acabar el choque, destacando que “en otros partidos en el Calderón hemos sufrido más que hoy” y rechazando el discurso pesimista y generalizado alrededor del equipo.
La realidad, sin embargo, le responde a Luis Enrique que es momento de mirarse al espejo. Y entender que es momento de meter mano en el equipo porque, visto lo visto, se necesitará del grupo, más que nunca, para salir adelante en la Liga. Y en la final de Copa.
ESPN
