Guatapé, Colombia. Autoridades colombianas se interrogaban este lunes sobre las causas de un naufragio que dejó siete muertos y dos desaparecidos la víspera en la región turística de Guatapé, mientras buzos rastreaban la zona de un embalse en el que se precipitó un barco con casi 170 pasajeros.
Hasta a 60 metros de profundidad y en aguas frías y turbias por las abundantes algas, los rescatistas encontraron el cuerpo de una mujer dentro de la embarcación hundida a media mañana del lunes tras retomar la búsqueda suspendida en la noche del domingo.
Mientras tanto, la lista de desaparecidos cayó sustancialmente de 15 a dos, después de que varias personas fueran contactando a las autoridades para reportarse en buen estado, informó la Unidad de Gestión de Riesgos.
Dos personas seguían hospitalizadas a última hora del lunes con un pronóstico estable.
Durante la investigación, la única irregularidad detectada por las autoridades fue la falta de chalecos salvavidas al declarar los sobrevivientes que ninguno de los pasajeros de la embarcación de recreo conocida como “El Almirante” llevaba puesto en el momento del accidente.
La Fiscalía detectó “muchos” salvavidas flotando en el sector del naufragio, dijo Carlos Jaime Taborda, director de fiscalías de Antioquia, donde se encuentra Guatapé.
La ministra de Turismo, María Claudia Lacouture, ordenó sin embargo el cierre de la compañía Asobarcos porque no estaba registrada para dar uso turístico a sus 13 embarcaciones que, según el titular de Transportes, Jorge Rojas, sí estaban habilitadas para circular. El permiso corría desde 2009 y fue renovado en 2016.
El vehículo más grande de Asobarcos, “El Almirante”, tenía capacidad para 280 personas pero llevaba unas 170, agregó el ministro, en el momento del accidente en una zona popular por las actividades acuáticas y las fiestas nocturnas sobre embarcaciones, aunque algunos sobrevivientes y testigos dijeron que la embarcación parecía estar sobrecargada. También la Fiscalía descartó el exceso de pasajeros como causa del naufragio.
El presidente Juan Manuel Santos, que fue a Guatapé para supervisar las labores de rescate, también dijo que el número de pasajeros estaba muy por debajo de la capacidad total del buque. El mandatario expresó que un grupo de funcionarios navales investigará el accidente en el terreno.
“De un minuto a otro esa cuestión explotó y las absorbió”, dijo a Blu Radio Jorge Barragán, un hombre que visitaba Guatapé, a una hora de Medellín, especialmente concurrido durante el pasado fin de semana con el lunes festivo. Su hija y sus hermanas estaban en el barco. Dos de ellas fallecieron antes de llegar al hospital y la otra sigue desaparecida.
Vecinos y visitantes del lugar llegaron el lunes con flores al centro de Guatapé, donde estaba previsto celebrar una misa en honor a las víctimas del accidente.
Varias personas se reportaron ante las autoridades, con lo que el número de desaparecidos, inicialmente calculado en 15, bajó a nueve.
El domingo, antes de la llegada de los equipos de rescatistas oficiales, una flota de embarcaciones recreativas y motos acuáticas se abalanzaron a la escena sacando a la gente de las aguas frías de la represa y de la embarcación que se hundió en pocos minutos, lo que evitó una tragedia aún más mortífera.
Videos dramáticos que circulan en redes sociales muestran un transbordador de cuatro pisos que oscilaba hacia adelante y atrás mientras la gente buscaba desesperadamente ponerse a salvo.
Lorena Salazar, una de las supervivientes, comentó a medios locales que los dos primeros pisos de la embarcación se hundieron rápidamente. “La gente gritaba, nos tocaba correr de un lado a otro. El barco se empezaba a hundir del todo, solo hacíamos gritar y pedir auxilio”, añadió Salazar.
El balance final de sobrevivientes es de 158, según datos oficiales. Ante la falta de una lista de pasajeros, las autoridades tuvieron que valerse de familiares y sobrevivientes para calcular los desaparecidos.
La tarea más delicada es buscar gente en la primera cubierta de la embarcación, dijo Margarita Moncada, directora de la agencia de manejo de desastres del departamento de Antioquia.
Carlos Espinosa, un periodista independiente de Guatapé, dijo que hace aproximadamente un mes los pobladores se despertaron para encontrar a “El Almirante” lleno de agua mientras se hundía en su muelle, sugiriendo quizás que el buque no estaba listo para regresar al agua. “La rabia es… ¿dónde están los controles por parte de la administración?” del gobierno, añadió.
Espinosa, que fue al hospital después del hundimiento, dijo que la hija de 20 años de edad del dueño del barco está entre los desaparecidos.
Al caer la noche, la ciudad habitualmente festiva estaba en silencio. En tanto, sus pobladores empezaban a registrar la magnitud de la pérdida. Entre los acurrucados cerca del puerto que buscaba información sobre sus seres queridos estaba Alberto Villegas, que se separó de una prima y su tío en la loca carrera para abandonar el barco que se hundía.
“Lo único que podemos pedir es que no paren la búsqueda”, dijo Villegas. “Si están vivos, gloria a Dios, y si están muertos, que Dios les tenga misericordia”.