El Vaticano-El papa Francisco atribuyó el hambre en el mundo a “la falta de una cultura de la solidaridad”, a “la inercia de muchos” y al “egoísmo de unos pocos”, en un mensaje con motivo de la apertura de la 40 conferencia de la Organización de la Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, (FAO, por sus siglas en ingles).
“Todos somos conscientes de que no basta la intención de asegurar a todos el pan cotidiano, sino que es necesario reconocer que todos tienen derecho a él”, dijo el pontífice en su mensaje, leído por su secretario de Estado, Pietro Parolin, en la sede de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Francisco aseguró que el hambre y la malnutrición “no son solamente fenómenos naturales o estructurales de determinadas áreas geográficas, sino que son el resultado de una más compleja condición de subdesarrollo, causada por la inercia de muchos o por el egoísmo de unos pocos”.
A juicio del pontífice, las guerras, el terrorismo y los desplazamientos forzados de personas no son fruto de la fatalidad, sino más bien consecuencia de decisiones concretas.
En ese sentido, criticó la merma diaria de las ayudas a los países pobres, a pesar de los “reiterados llamamientos de crisis cada vez más destructoras” que se suceden en el mundo.
Manifestó que la FAO y las demás instituciones intergubernamentales deben tener la capacidad de intervenir con acciones solidarias cuando un país no sea capaz de ofrecer respuestas al hambre por “su grado de desarrollo, sus condiciones de pobreza, los cambios climáticos o las situaciones de inseguridad”.
El papa consideró que el compromiso de cada país por mejorar la agricultura, aumentar la producción de alimentos y su distribución efectiva “no basta”, ya que la erradicación del hambre y la pobreza depende “del deber que tiene toda la familia humana de ayudar de forma concreta a los necesitados”.
Para alentar a los gobiernos, el pontífice mostró su interés en hacer una contribución “simbólica” al programa de la FAO para proporcionar semillas a las familias rurales que viven en zonas afectadas por la violencia y la sequía.
“Solo un esfuerzo de auténtica solidaridad será capaz de eliminar el número de personas malnutridas y privadas de lo necesario para vivir”, dijo en el mensaje leído por Parolín, que anunció la participación del papa en la próxima celebración del Día Mundial de la Alimentación, el 16 de octubre, en la FAO.