Las potencias mundiales reafirmaron este sábado su apoyo a los esfuerzos para combatir el calentamiento global, con lo que se alinearon contra el presidente estadounidense Donald Trump en materia de cambio climático.
La declaración final de la cumbre del Grupo de los 20 en Hamburgo, Alemania, destacó que los demás países y la Unión Europea apoyaron el acuerdo climático de París rechazado por Trump. Dijeron que el acuerdo para reducir los gases de invernadero era "irreversible" y se comprometieron a aplicarlo rápidamente y sin excepciones.
Los demás países, tanto las potencias europeas como las economías emergentes y las productoras de combustibles "tomaron nota" de la posición estadounidense, a la que se dedicó un párrafo aparte que como aclaró la canciller Angela Merkel, anfitriona del encuentro se aplicaba solamente a Estados Unidos.
"Dijo que la posición de Washington era "de lamentar", pero que la cumbre había logrado "buenos resultados en algunas áreas", como un trabajoso acuerdo sobre comercio que sí incluye a Trump y Estados Unidos.
El G20 respaldó de forma unánime el libre comercio, aunque subrayó que ante prácticas "injustas", los países podrán recurrir a "instrumentos legítimos de defensa comercial".
El comunicado final consensuado en la cumbre de líderes del G20 de Hamburgo (Alemania), que se celebró hasta este sábado, logró con esta frase aunar las diferentes sensibilidades en torno al comercio internacional, especialmente la de Estados Unidos.
"Mantendremos los mercados abiertos", asegura este foro de economías industrializadas y emergentes, que se compromete también a "combatir el proteccionismo, incluidas todas las prácticas comerciales injustas".
El acuerdo resalta además avances en la situación macroeconómica global, pero reconoce que "el crecimiento es todavía más débil de lo esperado", por lo que se deben seguir aplicando medidas "monetarias, fiscales y estructurales" para reforzarlo.
El G20 subraya asimismo su compromiso con la aplicación de "reformas estructurales", su intento de reducir los "desequilibrios globales excesivos" y la promoción de "una mayor inclusión, justicia e igualdad en la búsqueda del crecimiento económico y la creación de empleo".
El objetivo es lograr "un crecimiento fuerte, sostenible, equilibrado e inclusivo" a la vez que se mejora la resistencia económica y financiera de los países.
En materia laboral, los líderes reconocieron los retos que suponen la globalización, la digitalización y la automatización; y defendieron que para mejorar las opciones de adaptación de los trabajadores ante estos cambios hace falta potenciar la educación y la formación continua.
Además, se comprometieron a promover las "oportunidades de trabajo decentes" durante la transición que está experimentando el mundo laboral.
En el ámbito financiero, el G20 apuntó el "considerable progreso" que ha tenido lugar en el sector bancario desde la crisis y abogó por seguir mejorando la solidez del sistema internacional.
También se indica en el comunicado conjunto que el G20 aspira a continuar trabajando por un "sistema fiscal internacional moderno y globalmente justo" que combata el fraude tributario y mejore el intercambio de información entre países.
Además, sus integrantes se comprometen a avanzar en la implementación de unos estándares internacionales de transparencia para combatir "la corrupción, el fraude fiscal, la financiación del terrorismo y el lavado de dinero".