Caracas (EFE)- Nueve muertos, choques entre manifestantes y fuerzas de seguridad, ataques a centros electorales y bloqueos marcan la violenta jornada de votación de la Asamblea Constituyente del presidente, Nicolás Maduro, que según la oposición pone en jaque la democracia de Venezuela.
Militares y policías se enfrentaban en una batalla campal en Caracas y otros puntos del país con un cruce de bombas lacrimógenas, perdigones, piedras y cócteles molotov, que en algunas zonas fueron mortales.
Dos adolescentes, de 17 y 13 años, y un militar murieron en el occidental estado de Táchira, fronterizo con Colombia, otros tres hombres en Mérida y uno en Lara (ambos, noroeste), en protestas entre sábado y domingo, en el marco de la elección.
Aunque la Fiscalía no los vinculó aún con móviles políticos, un candidato a asambleísta murió la noche del sábado en Ciudad Bolívar (sureste) y un dirigente juvenil opositor, de un disparo esta madrugada en la costera Cumaná.
Con esta jornada violenta llegan a más de 120 los muertos en cuatro meses de protestas que exigen la salida de Maduro, según la Fiscalía.
Con carros blindados y lanzando bombas lacrimógenas, militares irrumpieron violentamente en los barrios El Paraíso y Montalbán (oeste de Caracas), en Maracaibo (oeste) y en Puerto Ordaz (sureste) buscando manifestantes que bloquearon calles con barricadas.
"No sé qué odio nos tienen, venezolanos contra venezolanos… ¡Esto es una guerra!", dijo sin poder contener las lágrimas Conchita Ramírez, en El Paraíso.
Siete policías resultaron heridos en la explosión de un artefacto en el este de Caracas.
La embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Nikki Haley, dijo que con esta convocatoria, Venezuela está dando "un paso hacia la dictadura".
"No aceptaremos un gobierno ilegítimo. El pueblo venezolano y la democracia prevalecerán", escribió Haley en un tuit.
Estados Unidos sancionó a 13 funcionarios y militares cercanos a Maduro, entre ellos a Tibisay Lucena, acusados de quebrar la democracia, violar derechos humanos o por corrupción.
Colombia, Panamá, Perú y Argentina anunciaron que desconocerán la Constituyente y Washington amenazó con más sanciones.
Maduro fue el primero en depositar lo que llamó un "voto por la paz" en un colegio de Caracas. Había pedido llevar el "carnet de la patria" -de programas sociales- para refrendar el apoyo a la revolución, pero el suyo no fue reconocido por el lector de verificación.
"Ha querido el emperador Donald Trump prohibirle al pueblo ejercer el derecho al voto (…) y yo dije: llueva, truene o relampaguee habrá elecciones", dijo Maduro, quien acusa a la oposición de intentar un golpe de Estado con apoyo de Washington.
Militares custodian los centros electores donde acuden los seguidores del Gobierno a elegir a 545 asambleístas de un suprapoder que regirá al país por tiempo indefinido.
"Esta Constituyente nace bañada en sangre. Nace ilegítima porque es muy difícil poder auditar la cantidad de personas, pero técnicamente podemos verificar que hubo muchas irregularidades", aseguró el analista Nícmer Evans, socialista crítico de Maduro.
La presidenta del poder electoral, Tibisay Lucena, aseguró que "solo hubo focos de problemas" en algunos lugares y que la afluencia de votantes era nutrida, por lo que el cierre de urnas se postergó hasta las 19h00 locales (23h00 GMT).
El ministro de Defensa, general Vladimir Padrino López, dijo que más de 100 máquinas de votación fueron destruidas en actos de violencia alentados por "factores políticos".
Dirigentes amenazaron con que la Constituyente anulará al Parlamento y a la fiscal general Luisa Ortega, chavista que denunció un quiebre de la democracia. Pero la excanciller y candidata Delcy Rodríguez dijo a AFP que la Constituyente "no es para aniquilar al adversario", sino para promover el diálogo.
La oposición se marginó de la Constituyente alegando que no fue convocada en un referendo y que su sistema comicial fue hecho para que el Gobierno la controle y redacte una Carta Magna que instaure una dictadura comunista.
Maduro y su Constituyente cuentan con apoyo de los poderes judicial, electoral y militar. Pero asfixiados por la escasez de alimentos y medicinas, y una brutal inflación, un 80% de los venezolanos rechaza su gestión y un 72% su proyecto, según Datanálisis.
"Maduro está muy debilitado y contra las cuerdas. Si respetara la Constitución y llamara a elecciones, el chavismo resultaría perdedor. Con esta apuesta, rechazada masivamente en el país y en el extranjero, intenta ganar tiempo y perpetuarse en el poder", dijo a la AFP, Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano.
Pero para muchos esto podría acelerar el fin del chavismo. "El gobierno lo que hace cada segundo es cavar su propia tumba", aseguró el jefe del Parlamento de mayoría opositora, Julio Borges.
Según analistas, para tener legitimidad Maduro debe obtener al menos 7,6 millones de votos que la MUD asegura que logró en su plebiscito simbólico del 16 de julio contra esa iniciativa.
Debido al método de elección mixto -voto por territorios y sectores sociales-, un 62% de los 19,8 millones de electores podrán votar dos veces, lo que dificulta el cálculo de participación, según el experto electoral Eugenio Martínez.