El periodista Cándido Ríos Vázquez fue muerto a tiros este martes en el estado de Veracruz junto con otros dos hombres, indicaron uno de sus editores y la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas.
Ríos, reportero de información policiaca para el Diario de Acayucan, sería al menos el noveno periodista asesinado en México este año.
El periodista estaba inscrito en el mecanismo del gobierno federal para la protección de periodistas y defensores de los derechos humanos, señalaron el grupo activista y Cecilio Pérez Cortés, subdirector editorial del periódico.
Ríos había sido amenazado repetidas veces desde 2012 por un ex presidente municipal del poblado de Hueyapan de Ocampo y tenía un botón de pánico en su teléfono celular y una cámara de seguridad en su casa, explicó Pérez. El reportero acababa de concluir su trabajo del día alrededor de las 15:00 horas y se dirigía a su casa.
Al parecer, Ríos se detuvo junto a la autopista en Hueyapan para hablar con un ex inspector de policía al que conocía y que también murió en el ataque, agregó Pérez.
El reportero murió mientras era trasladado a un hospital en Acayuan, dijo Alex Chang, concejal de Hueyapan.
La fiscalía del estado de Veracruz está investigando el asesinato, según un comunicado enviado a última hora del martes.
México es ya el país más peligroso para ejercer el periodismo. El asesinato del respetado periodista Javier Valdez en el estado occidental de Sinaloa en mayo supuso una renovada atención internacional sobre este problema.
Veracruz, con costas en el Golfo de México, ha sido uno de los estados mexicanos donde más muertes violentas de periodistas se registraron en los últimos años.
Ríos fue el segundo periodista fallecido en el estado este año. El columnista Ricardo Monlui fue baleado de muerte el 19 de marzo mientras salía de un restaurante con su esposa en el pueblo de Yanga, en las afueras de Córdoba.
Ríos empezó hacer el periodismo por la lucha social, señaló Pérez. “Él se manifestaba siempre contra la injusticia”.
No tenía la carrera de periodismo, pero aprendió en el trabajo, indicó el subdirector editorial.
El reportero comenzó su carrera en un área montañosa de gran presencia indígena, y apoyaba a los agricultores, las mujeres y los migrantes, señaló Pérez. Fundó La Voz de Hueyapan y posteriormente se unió al Diario de Acayucan, donde llevaba 10 años laborando.
Pérez dijo que Ríos era “combativo” en lo que respecta a las causas en las que creía.
Acayucan y los pueblos circundantes están controlados en gran medida por el crimen organizado, lo que los convierte en sitios difíciles para ejercer el periodismo, agregó.
“Constantemente recibimos amenazas”, afirmó.
En un corto mensaje de audio que Ríos envió a Pérez el martes por la tarde, el reportero informa a su jefe a voces y con una música alta de fondo que alguien había resultado herido en un vecindario. Una historia menor, señaló el editor. Ríos se despide diciendo: “Dios que me lo cuide. Suerte.