Corea del Norte acusó este lunes al Gobierno nipón encabezado por Shinzo Abe de “impulsar la militarización del país” y de preparar “una nueva invasión de la península coreana”, con motivo de la reelección del mandatario japonés en los comicios del domingo.
En un comunicado distribuido por la agencia estatal norcoreana KCNA, el régimen que lidera Kim Jong-un carga contra los “reaccionarios japoneses” que convocaron las elecciones anticipadas en Japón, en los que ha vuelto a imponerse con rotundidad el líder conservador y su coalición gobernante.
A juicio de Pyongyang, Abe ha tratado de justificar esta cita electoral con la necesidad de hacer frente a Corea del Norte para así “permanecer en el poder y allanar el camino para volver a invadir la península coreana”.
Japón “ha vuelto a escenificar otra siniestra caricatura política, en la que ha revelado su verdadero rostro como un estado belicista que ha dado un nuevo impulso a su militarización”, señala el comentario sobre las elecciones niponas realizado por un portavoz del Comité norcoreano de la Paz de Asia-Pacífico.
“Ahora que está bien claro que todo Japón apoya los preparativos para la re-invasión con el apoyo de Estados Unidos, la DPRK (siglas en inglés del nombre oficial del país, República Popular Democrática de Corea) tiene el derecho de tomar duras contramedidas de autodefensa”, añade el comunicado.
La nota advierte a “los reaccionarios nipones” que Corea del Norte “tiene una posición estratégica como potencia nuclear”.
El primer ministro nipón, por su parte, afirmó que su sólida victoria lo legítima para poner en marcha “medidas contundentes frente a la amenaza norcoreana”, tras justificar el adelanto electoral por la necesidad de reforzar al Ejecutivo ante los constantes desarrollos armamentísticos del país vecino.
Además, la victoria que ha cosechado su partido le permitiría iniciar el complejo proceso de reforma de la Constitución pacifista nipona, una controvertida iniciativa que Abe defiende con el objetivo de incrementar las competencias nacionales en materia de Defensa, y que es vista con fuerte reticencia por Pekín y Seúl.