Asistimos a las últimas horas del año 2018. De costumbre los medios y los periodistas hacen un balance en el que se evalúa el período de doce meses que cierra.
Y se analizan los temas que hacen pico en cualquier sentido. En el caso concreto de la República Dominicana, un país en vía de desarrollo, donde la política juega un rol tan determinante, es imposible ignorar la incertidumbre con la que termina el 18. Es igualmente obligado recoger los reportes oficiales y de organismos internacionales que hablan de un crecimiento significativo en el orden de la economía.
Pero, a pesar de un crecimiento de sobre siete puntos porcentuales, está la queja de un crecimiento asimétrico y de una distribución nada equitativa de la riqueza; esto nada nuevo. Igual se profundizó en el endeudamiento público.
Se anunciaron proyectos de inversión impresionantes en el área del Turismo, cerrando con la gran noticia de que finalmente el gobierno tiene manos libres para desarrollar el proyecto de Bahía de las Águilas, en la provincia Pedernales.
Hubo y hay quejas por la inseguridad ciudadana y se manejaron otros temas que reflejan insatisfacción de algunos sectores que intentaron articular acciones para hacer oír sus demandas.
La República Dominicana proyecta hacia dentro, una situación más o menos cómoda, pero no puede dejar de ver hacia lo que ocurre fuera, donde se anticipa un nuevo año con una economía compleja, en medio de una guerra comercial con consecuencias imprevisibles entre dos económicas fuertes: la China y la de los Estados Unidos y, un petróleo que no nos permite hacer proyecciones de precios a largo plazo.
En el tema político hay mucho que esperar. A 17 meses no se sabe con claridad quienes pudieran ser los candidatos a la Presidencia de la República, y por vía de consecuencia, quien pudiera relevar al actual Presidente. Eso genera inquietud en un país donde un jefe de Estado decide de manera tan particular el rumbo hacia donde quisiera arrimar ese barco.
De todos modos, el calendario camina inexorable, ni se adelante, ni se atrasa y a los ciudadanos de RD, como parte de este mundo, habrá de tocarnos el resultado de lo que juntos decidamos.
Apostemos a un venturoso y prospero 2019.