Murúa, de 34 años, era director de una radio comunitaria en la región norte del estado de Baja California Sur, en el noroeste del país, y había sido reportado como desaparecido hasta la tarde del domingo cuando apareció muerto, según versiones de la prensa local.
"Condeno el asesinato del periodista sudcaliforniano Rafael Murúa Manríquez. Mi solidaridad con su familia y el gremio periodístico sudcaliforniano", escribió en Twitter el gobernador del estado, Carlos Mendoza.
"El cobarde crimen de Rafael Murúa no quedará sin castigo", agregó el gobernador al señalar que instruyó a la fiscalía a seguir todas las líneas de investigación para esclarecer el crimen.
– Amenazas –
De acuerdo con el diario El Universal, el periodista había denunciado hostigamiento y amenazas. El periódico agregó que la última vez que fue visto estaba caminando el sábado por la noche en la localidad de Santa Rosalía, en el municipio de Mulegé.
Balbina Flores, representante en México de Reporteros Sin Fronteras, dijo que Murúa estaba bajo la custodia del organismo de protección del gobierno para periodistas y defensores de derechos humanos.
"Lo que sabemos y pudimos confirmar ayer es que estaba incorporado al mecanismo de protección desde junio de 2017 por amenazas del alcalde de ahí de su municipio (Mulegé)", dijo Flores a la AFP.
"Sí estamos seguros que las medidas de seguridad que traía solo eran el botón de pánico", agregó.
Artículo 19, una ONG defensora de la libertad de expresión, también lamentó el asesinato del comunicador.
"Esta organización continúa documentando los hechos. Para su familia y compañeros, solidaridad en estos momentos difíciles", escribió en Twitter.
México es el segundo país más peligroso del mundo para ejercer el periodismo después de Siria y Afganistán, con más de 100 comunicadores asesinados desde 2000, según Reporteros Sin Fronteras.
En 2018, 10 comunicadores fueron abatidos en diversas partes del país. La gran mayoría de esos homicidios permanecen impunes.
– Violencia en el paraíso –
Baja California Sur, donde ocurrió el asesinato y donde se encuentra el balneario de los Cabos, frecuentado por turistas internacionales, tuvo una escalada de violencia ligada al crimen organizado en los últimos años.
En 2015, este estado de la costa del Pacífico registró 19,77 homicidios por cada 100,000 habitantes, cifra que pasó a 27,45 al año siguiente. En 2017 subieron a 75,32/100,000.
Esa violencia ligada a las disputas que mantienen grupos del crimen organizado en la zona desde hace años, afectó a la prensa.
José Reveles, periodista especializado en violencia criminal, dijo que varios comunicadores han debido abandonar la zona ante las agresiones sufridas por realizar su trabajo.
"Los acogió el mecanismo (de protección), están acá (la capital), lejos de su casa, de su gente, de su pueblo", dijo en entrevista.
"Era un paraíso eso", dijo al referirse a Baja California Sur. "Lo que no era violento se convirtió en violento".