WASHINGTON (VOA NOTICIAS).- Después de las primeras —y parece ser últimas—declaraciones del fiscal especial Robert Mueller respecto a la investigación sobre las elecciones presidenciales de 2016, republicanos y demócratas continúan discrepando sobre el significado del reporte.
Mientras que la Casa Blanca, a través de un comunicado publicado por la secretaria de prensa en su cuenta de Twitter, mantiene la narrativa de que Mueller no encontró “colusión ni conspiración” y que el presidente fue exonerado, los líderes demócratas se mantienen firmes en que harán que Trump “rinda cuentas” sobre su abuso del poder.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo en San Francisco que “todas las opciones están sobre la mesa”, incluyendo la impugnación del presidente. Hasta hace poco, solo el ala más hacia la izquierda del partido demócrata, como las representantes Rashida Tlaib y Alexandria Ocasio-Cortez, se atrevían a hablar de un juicio politico.
Sin embargo, después de las declaraciones de Mueller, otras figuras más moderadas dentro del partido demócrata, como el senador Cory Booker, han pedido explícitamente comenzar el proceso de impugnación presidencial.
“El Congreso tiene la obligación legal y moral de iniciar el proceso de juicio político de inmediato”, escribió Booker en su cuenta de Twitter.
En su alocución, Mueller hizo énfasis en que acusar al presidente de un delito como resultado de su investigación “no era una opción” que su equipo hubiera podido considerar ya que, de acuerdo a las leyes del Departamento de Justicia, no se puede imputar a un presidente mientras está en el cargo.
“Si tuviéramos confianza en que el presidente claramente no cometió un delito, lo hubiéramos dicho”, dijo el fiscal especial.
El vicepresidente Mike Pence, por su parte, tomó la intervención de Mueller como un acto de cierre. “Tal como confirmó Robert Mueller hoy, la investigación ha terminado”, dijo su oficina en un comunicado y acusó a los demócratas de “aferrarse a acusaciones desacreditadas”.