PUERTO PRINCIPE (Prensa Latina).- Cuatro nuevos casos de Covid-19 reportaron hoy las autoridades sanitarias de Haití, con los cuales llega a 62 el número de contagiados, de ellos casi el 68 por ciento importados.
Actualmente el país tiene 56 casos activos, dos personas recuperadas y cuatro fallecidos, mientras la región Oeste, donde se ubica esta capital, cuenta con la mayor cifra de diagnósticos positivos, con 41 en total.
Según varios medios de prensa los nuevos contagiados son soldados de las fuerzas armadas, aunque el Ministerio de Defensa aún no lo confirmó.
Las autoridades expresaron su preocupación por la falta de percepción de riesgo de la población, que puede provocar un crecimiento exponencial del número de infectados.
La víspera el ministro de Cultura, Pradel Henríquez reiteró la urgencia de no minimizar la pandemia que ya causó cientos de miles de muertes. “La hora es seria. Debe protegerse aplicando las instrucciones de las autoridades sanitarias para no contraer la enfermedad. También es necesario proteger a sus familiares, a otros y al país”, subrayó.
Por su parte, gobernadores locales del departamento Sudeste, señalaron la amenaza de una fuerte propagación del coronavirus SARS-CoV-2 en la comuna de Cote de Fer, y consideran la posibilidad de poner la ciudad en cuarentena.
La más reciente víctima mortal de la Covid-19, fue un pastor religioso proveniente de esa urbe, sin embargo, los familiares rechazaron el diagnóstico y retiraron al individuo del centro de tratamiento. Falleció pocas horas después.
Henríquez alertó que el peligro es inminente, y sobrevivir a otras crisis sociales y económicas no nos hace inmunes al nuevo coronavirus. “Recolectamos testimonios en vivo en el centro de algunos pacientes de Covid-19 para demostrar a todos que no es una invención o política”, insistió el ministro.
En Haití el tema más latente es la capacidad de respuesta de la red de hospitales públicos y privados, que precisaron de ayuda internacional en la pasada epidemia del cólera, terremotos y huracanes.
Ya el gobierno comenzó la distribución de unas cinco millones de mascarillas, sobre todo en los mercados públicos y en los últimos días inició la entrega de canastas alimentarios a las familias más vulnerables.
No obstante, la enfermedad supone un riesgo para la empobrecida nación en azotada por fuertes crisis sociopolíticas y económicas.