CHINA (INFOBAE).-La ciudad de Jilin, en el noreste de China, volvió a imponer un confinamiento parcial de los habitantes tras la aparición de nuevos casos de coronavirus, haciendo temer por una segunda oleada de la epidemia en el país donde emergió la enfermedad.
Desde el fin de la cuarentena, el 8 de abril en Wuhan, ciudad en la que surgió el virus a finales de 2019, la situación vuelve gradualmente a la normalidad en China, aunque en algunas partes se siguen aplicando medidas de precaución draconianas.
Pero, en la vasta comuna de Jilin, en la provincia del mismo nombre, fronteriza con Corea del Norte, este miércoles se suspendió el transporte público y se prohibió a sus habitantes partir sin haberse sometido a pruebas de detección del coronavirus en la ultimas 48 horas.
Las escuelas, que habían reabierto, volvieron a cerrar sus puertas inmediatamente, así como los lugares públicos, principalmente cines, gimnasios, cafeterías y parques.
La comuna con más de 4 millones de habitantes, tiene unos 200 kilómetros de largo por lo mismo de ancho, e incluye la ciudad de Shulan, donde se detectó un nuevo foco infeccioso a fines de la semana pasada.
La situación “es extremadamente grave y complicada”, reconoció un alcalde adjunto de Jilin, señalando este miércoles el “riesgo de una mayor propagación” del coronavirus.
Shulan informó de seis nuevos casos este miércoles, alcanzando a 21 en este rebrote, que comenzó con la infección de un empleado de una lavandería. El transporte público fue suspendido en la comuna desde el domingo.
Tras una explosión en febrero, la contaminación se ha reducido considerablemente en China en las últimas semanas, el número de nuevos casos cayó este miércoles a apenas siete, uno de ellos importado.
No se ha informado de nuevas muertes en el país desde el 7 de abril. Desde enero, en China se detectaron 82.926 contagios, con 4.633 muertes.