En esa oportunidad hubo un terremoto con una magnitud de 4,7 grados, lo que alarmó a la población por los daños causados y al día siguiente se sucedió otro de 5,0 grados.
Los terremotos más potentes se sucedieron los días 6 y 7 de enero de este año, destruyendo o afectando cientos de estructuras, lo que dejó en la calle a miles de personas.
El 6 de enero el remezón tuvo una magnitud de 5,8 grados y a la mañana del día siguiente fue de 6,4 grados.
En esta ocasión, sin advertencia o vigilancia de tsunami, la Red Sísmica de Puerto Rico ubicó el primer seísmo a unos seis kilómetros de la costa sur-suroeste de Guánica con una profundidad de 11 kilómetros, una magnitud 4,8 grados y una intensidad nivel V (romano).
En tanto que, el Servicio Geológico de Estados Unidos indicó que el segundo temblor se originó en la latitud 17,9 grados norte, longitud 66.9 grados oeste, a una profundidad de 9,8 kilómetros.
El pasado 2 de mayo, ya en medio de la pandemia de Covid-19, el municipio de Ponce (sur) sufrió nuevos daños en sus estructuras del casco histórico de la ciudad, afectado ya en enero pasado, al producirse un seísmo de 5,0 grados de magnitud.
El gobierno puertorriqueño ha estimado preliminarmente que los daños a causa de distintos los terremotos ocurridos desde diciembre de 2019 superan los 8,3 millones de dólares.