San Juan, 4 jul (Prensa Latina).- Una cadena de seísmos, dos de los cuales tuvieron una magnitud de 4,9 y de 5,3, mantiene a la población puertorriqueña en estado de incertidumbre, temerosa de un terremoto de gran magnitud.
El primero de los terremotos tuvo su epicentro en Lajas (sur), aunque se sintió con gran intensidad en la mayoría de los pueblos del país, incluso San Juan al norte, mientras que el segundo estremeció a Guánica, uno de los municipios más devastados en el suroeste desde el 6 y 7 de enero, cuando se produjeron los más intensos seísmos.
Muchas estructuras afectadas desde entonces colapsaron esta vez y otros que presentaban grietas se tornaron inhabitables.
La Red Sísmica de Puerto Rico advirtió que la cadena de temblores podría continuar, mientras que el geomorfólogo José Molinelli anticipó que hay que acostumbrarse a los remezones, porque pueden prolongarse por los próximos meses.
Pese a que algunas estructuras colapsaron, no hubo personas afectadas.