NUEVA YORK – Como cerrador de los Mets, el puertorriqueño Edwin Díaz normalmente lanza el noveno inning. Así que cuando las puertas del bullpen se abrieron después de la séptima entrada el jueves y Díaz salió trotando hacia la lomita, la pantalla gigante del Citi Field todavía estaba mostrando un juego de adivinanzas. Sin su típica música de entrada – la popular “Narco”, de Blasterjaxx y Timmy Trumpet – Díaz comenzó a tararear la canción en su cabeza, tratando de entrar en ritmo con la canción.
Eventualmente, “Narco” comenzó a sonar, lo que le permitió al público cantar junto Díaz, como si estuviesen ayudándolo a prepararse para el momento. Probablemente no necesitaba la ayuda. Sin demasiados problemas, Díaz despachó al corazón de la alineación de los Bravos en orden para preservar una ventaja de dos carreras. Luego regresó a la lomita para el noveno – otra vez bajo el ritmo de las trompetas – para completar el primer salvado de seis outs de su carrera en la victoria por 6-4 ante los rivales de división.
“Estamos peleando por el primer lugar”, dijo Díaz. “Tenemos que hacer todo lo que sea necesario”.
En esas labores, Díaz tuvo mucha compañía el jueves. Tyler Naquin se convirtió en el primer jugador de los Mets que da dos jonrones en su debut en casa para el equipo, uniéndose a Pete Alonso y Daniel Vogelbach en un ataque de cuatro carreras. El venezolano Carlos Carrasco extendió su racha sin permitir carreras a 22.2 innings, un récord personal, durante una salida de calidad. Y los Mets, de esa forma, extendieron a 4.5 juegos la ventaja sobre los Bravos.
Pero los momentos más apremiantes terminaron en manos de Díaz. Si la importancia de la serie de cinco juegos contra Atlanta no estaba clara antes de comenzar la jornada, la forma en la que utilizaron a Díaz la acentuó.
Durante toda la temporada, el dirigente ha hablado de su deseo – y la disposición de su cerrador – de llamar a lanzar a Díaz más temprano en los juegos si la situación lo amerita. Así que con tres cañoneros como Dansby Swanson, Matt Olson y Austin Riley listos para ir a batear en el octavo inning de un juego que ganaban los Mets por dos carreras, Showalter llamó a su mejor relevista.
Con cinco días de descanso antes del juego – “algo poco visto para un cerrador”, como lo puso Showalter – Díaz pensó que su dirigente quizás le pedía cuatro o cinco outs. Pero parecido a lo que le pasó al operador del audio del Citi Field, Díaz no supo que dos innings serían una posibilidad hasta después, cuando sonó el teléfono en la parte baja del séptimo.
En el octavo, lució como el típico Díaz, ponchando a Olson y Riley y lanzando nueve de sus 11 pitcheos en strike. En el noveno, permitió un hit abriendo la entrada, lanzó un wild pitch y puso al venezolano Orlando Arcia en cuenta de 3-0, antes de que Arcía le hiciera swing a una recta a 99 mph para terminar el juego con un rodado a manos del propio Díaz.
“Necesitaba lanzar, y todo se dio para que pudiéramos usarlo más”, dijo Showalter. “No sabemos qué va a pasar (el viernes). Teníamos la oportunidad de ganar un juego contra un gran equipo hoy y lo logramos”.
Cuando se le preguntó si habría hecho lo mismo contra un rival de menos quilates, Showalter objetó el punto, explicando que los días extras de descanso que tenía Díaz fueron el factor principal.
En la recta final, Díaz seguirá jugando un rol clave en los momentos más importantes. En octubre, dijo Díaz, piensa que puede completar salvados de cuatro, cinco o seis outs — lo que necesite Showalter.
Pero los Mets tienen que llegar primero hasta allá, lo que requiere mezclar precaución con agresividad por parte de Showalter en el manejo de su cerrador. El jueves, necesitaron de uno de los salvados más difíciles para Díaz esta temporada. ¿Y el viernes?