BARCELONA — La Premier League, tal como es conocida hoy en día, nació un 15 de agosto de 1992 en Bramall Lane, el coqueto estadio del Sheffield United donde los Blades derrotaron por 2-1 al Manchester United de Alex Ferguson, un equipo aún en construcción y que con la llegada de Eric Cantona estaba en puertas de convertirse en legendario.
Si hoy quiere ir usted a un partido de Premier League puede organizarse con tiempo… Pero debe atender a la posibilidad de no conseguir un boleto por cuanto los estadios se llenan con meses de antelación. Eso sí, por 40 dólares tiene la posibilidad de ver en directo un partido en Leicester, en Nottingham, Leeds o Brighton. Incluso, con suerte, en Anfield Road o Newcastle. Y disfrutar de una pasión que, en vivo, engancha a cualquiera.
La magia del futbol inglés, que ha acabado por contagiar a todas sus categorías, nació, creció y se hizo indiscutible, gracias al nacimiento de la Premier League, que hace ahora 30 años cambió, mejoró y catapultó este deporte como nadie pudo pensarlo cuando sus pioneros aventureros dieron el paso adelante.
La revolución había comenzado trece meses antes, cuando a finales de la década de los 80 del pasado siglo el futbol inglés languidecía, apartado de Europa por la sanción que sufrió tras la tragedia de Heysel en 1985, y observaba como Italia, España y Alemania empezaba a dejarle atrás.
A finales de 1990, cuando se acercaba el fin de la sanción, los representantes de los entonces cinco principales clubs de la Liga inglesa (Arsenal, Liverpool, Manchester United, Tottenham y Everton) acordaron la creación de una Superliga al margen de la federación (EFL) en la que los ingresos de televisión no se repartiese entre el casi centenar de clubes de las cuatro categorías profesionales, sino que fuera íntegramente para los de la máxima categoría. Y aunque la EFL, en un principio, lo consideró una traición a la tradición y quiso ir a un enfrentamiento directo, al cabo de los meses comprendió la necesidad de aceptar el divorcio y llegar a acuerdos que a todos beneficiasen.
David Dein, el principal ejecutivo del Arsenal, fue el personaje clave en esa aventura. "Veíamos el plan de negocio de los deportes profesionales en Estados Unidos y entendimos que era necesaria una catársis, un cambio de modelo" explicó el presidente de los gunners… Y en febrero de 1992, contra lo previsto por la federación pocos meses antes, todos los clubes de la First Division renunciaron a permanecer en la EFL, constituyendo la Premier League, con el apoyo indispensable e incondicional de Sky, la plataforma televisiva de Rupert Murdoch que puso sobre la mesa 460 millones de dólares de la época para gestionar, y repartir, todo lo que se generase entre los participantes en la competición.
Al cabo de 30 años la Premier League es el espejo en el que se miran todos los torneos del continente. Aquellos campos obsoletos, aquellos hooligans, aquella desorganización ha dado paso a un campeonato que no solo es perfecto, sino que provoca envidia en el resto del continente. Cuando se habla del mercado de fichajes es Inglaterra, siempre, el país con mayores desembolsos, llegando en la temporada 2017-18 al record de gasto rozando los 2,500 millones de dólares.
Aunque históricamente hayan sido Real Madrid o Barcelona los clubs que han batido records con Ronaldo, Figo, Zidane, Hazard o Coutinho, ha sido los clubs de la Premier, gracias a su reparto televisivo entre todos sus integrantes y a su excelente labor mediática en todo el mundo, los que más han crecido social y deportivamente. Su globalización ha sido absoluta y su popularidad incuestionable.
ÉXITO
Apenas una veintena de futbolistas extranjeros fueron protagonistas en la primera edición de la Premier League, en la temporada 1992-93. Entre ellos destacó la figura del francés Eric Cantona, campeón la campaña anterior con el Leeds y que dejó Elland Road para enrolarse en el Manchester United. Una traición en toda regla para los whites y una auténtica revolución para los diablos rojos, que bajo el mando de Alex Ferguson empezaban una época dorada que no podían imaginar.
Los Fergie babes (Scholes, Beckham, Giggs, Butt y Neville) junto a King Eric, Schmeichel, Keane, Andy Cole o Sheringham se convirtieron en el club por antonomasia de una Premier que hoy aún dominan a pesar de su triste presente. Le contemplan al ManUnited trece trofeos, por delante del ManCity (el último gran dominador) con seis títulos y del Chelsea, al que Roman Abramovich, José Mourinho, Lampard, Terry, Drogba o Cech convirtieron en grande.
Hasta 50 clubs han disputado en estos 30 años la Premier League y de ellos solo seis, Manchester United, Arsenal, Chelsea, Liverpool, Tottenham y Everton, han permanecido intocables en el campeonato no descendiendo nunca. Y solamente siete han cantado el alirón. Añadiéndose a ManUnited, City y Chelsea el legendario Arsenal de Arsene Wenger con tres campeonatos (especialmente recordado es el de 2004 que le llevó a ser conocido como el de los Invencibles) y los de Blackburn Rovers (histórico el de 1995 bajo el mando de Kenny Dalglish en el banquillo y Alan Shearer en el campo) y el más cercano del Leicester de 2016, un equipo llamado al comenzar el torneo a pelear por no descender y que bajo el embrujo de Claudio Ranieri y la rebelión de Kasper Schmeichel, Kanté, Mahrez y Vardy rompieron todos los pronósticos.
Queda muy lejos, ya enterrado en el olvido, el tiempo en que los hoolingans sembraban el terror en Inglaterra, en que los campos eran auténticas ratoneras o que se lloraban los muertos de Hillsborough, Heysel o Valley Parade. Tres décadas después de aquel primer partido entre Sheffield United y Manchester United la Premier League es el torneo nacional de fútbol más seguido en todo el mundo y cualquiera de sus estadios llena las gradas semana a semana.