Los Chicago Bulls tuvieren una campaña 2021-2022 agridulce: empezaron de forma sólida pero las lesiones los afectaron en demasía y no fueron un factor en los playoffs, donde los eliminaron los Milwaukee Bucks en la primera ronda.
Ahora, el tridente Lonzo Ball, DeMar DeRozan, Zach LaVine tienen otra oportunidad. ¿Lograrán demostrar que un Chicago saludable es el mejor equipo del Este?
No debe haber muchas cosas que, en cuanto a la conformación de la plantilla, le preocupen demasiado al gerente genera Arturas Karnisovas. La temporada pasada fue buena en líneas generales, ya que los encontró en el sexto lugar de las posiciones con marca de 46-36. Pero lo más importante es haber encontrado una base sólida en DeMar DeRozan, Nikola Vucevic y Zach Lavine, quien acaba de recibir extensión por 5 temporadas más.
Pero si hablamos de lesiones, podemos encontrar preocupación, especialmente en la recuperación de Lonzo Ball. También hay que recordar que Alex Caruso y Patrick Williams ayudaron en el inicio a crear una buena defensa, pero también estuvieron mucho tiempo fuera de la cancha y el equipo lo terminó sufriendo.
Si las lesiones los tratan con un poco más de benevolencia, entonces el equipo podrá demostrar que está listo para certificar que le pueden dar problemas a cualquiera. Si lo logra puede comenzar a probarse las ropas de contendiente en el Este.
Hacer una carrera más larga en los playoffs tras la buena campaña que registraron en la 2021-22.
Los Bulls tienen un equipo con mucho talento en su primera línea y bien respaldado. Es quizás una de las franquicias más equilibradas en cuanto a experiencia y juventud; sin embargo, están en una conferencia que ha comenzado a reunir grandes jugadores en el armado de sus equipos.
Si vemos el roster con el que cuenta coach Billy Donovan parece desilusionante que hayan terminado como sextos en el Este.
Lonzo Ball, DeMar DeRozan, Zach LaVine conforman en el papel un ‘Big Three’ competitivo y si a ellos le agregamos al pívot Nikola Vucevic, al talentoso Alex Caruso, más algunas incorporaciones para fortalecer el banco como Goran Dragic y Andre Drummond, Chicago está obligado, si no a mejorar su sexto lugar en el Este, sí a rozar por ahí la marca de 50 triunfos (la temporada pasada sumó 46) y hacer una carrera más larga en los playoffs, aunque no será sencillo con candidatos como Boston Celtics, Miami Heat, Brooklyn Nets o esas incógnitas capaces de arruinar los sueños de cualquier rival como Atlanta Hawks, Philadelphia 76ers u otro ‘caballo negro’ que antes del inicio de la temporada no acapara tantos reflectores.
No. Actualmente, serían los finalistas Boston Celtics, quienes se trajeron al base Malcolm Brogdon, los mejores del Este. Incluso contarían en algún momento con el delantero italiano Gallinari.
Pero una cosa sí es cierta: la temporada pasada no llegamos a ver el potencial de los Bulls, precisamente por las lesiones. Cuando regresó Lonzo, no era el mismo. Caruso, quien llegó a liderar el renglón de robos de balón en la NBA, estuvo buen tiempo fuera. Y temprano en la campaña, perdieron a Patrick Williams.
Ahora regresan ‘saludables’ todas esas fichas, sumados a la ecuación: Vucevic, DeRozan y el nuevo millonario LaVine.
Un Chicago saludable es una amenaza para cualquier rival de conferencia. Y eso incluye, también, a los Milwaukee Bucks, cuya estrella Giannis Antetokounmpo no descartó en un futuro vestir el dorsal de los Bulls. ¿Se imaginan?
Bueno, volviendo al presente… Están a ley de una pieza para ser un legítimo contendiente al campeonato.