“El sonero del mundo” se prepara para cantarle a Caracas el 16 y 17 de septiembre, en la Sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño, en compañía de su orquesta y de la Sinfónica Simón Bolívar
Corría 1971 cuando Óscar Emilio León Simoza (Caracas, 1943) se desempeñaba como bajista y corista en la agrupación La Distinción, pero una noche, el vocalista principal no se pudo presentar y él se ofreció a cubrir la vacante.
¿Dónde se llevaba a cabo la presentación? En las inmediaciones El Universal, en la cervecería que quedaba a un lado de la entrada del diario ubicado en la esquina de Ánimas de la avenida Urdaneta.
“Estuve por primera vez ante un micrófono en el edificio El Universal, abajo (…) ahí fue donde se gestó la primera vez que canté ‘Hoy que me siento inspirado canto este guaguancó’, interpretando Sabroso guaguancó, un tema de Celia Cruz que siempre seguí de cerca con mi oído y que al momento de suplir al cantante que estaba con el quinteto, canté; después hice unos hits de Los Ángeles Negros, y así fue que comenzó la vida artística de Óscar D’León, en el edificio El Universal. ¿Todavía están ‘Las novedades’ ahí?”, inquiere vía Zoom, desde Miami.
Fue el productor artístico del sello La Discoteca, C. A., Víctor Mendoza, quien le aconsejó al artista usar el nombre artístico “Óscar D’León”.
“En el 72 tuve la oportunidad de integrar la Dimensión Latina y fue cuando arrancamos, el 15 de marzo de 1972. Cincuenta años hoy. Aprovecho para enviarles un saludo a los muchachos de la orquesta”, subraya.
¿Quién lo diría? Ya han pasado más de cinco décadas de aquel quite nacido en el corazón del centro de Caracas y “el avance” es, hoy por hoy, una de las voces más importantes de la salsa en el mundo. Aniversario que celebrará, con todas las de la ley, el 16 y 17 de septiembre, en la sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño, fechas en las que compartirá escenario con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, bajo la dirección de Christian Vásquez.
-Se dice fácil, pero hay que verle la cara a 50 años de vida artística, ¿cómo pondera este logro?
-Con alegría, con mucho entusiasmo, con la seguridad de que hemos hecho las cosas bien y que los cambios que ha habido en mi vida han sido positivos, incluyendo hasta los accidentes porque de ellos aprendemos (risas). Y tengo la fortuna de que a lo largo de 47 años he tenido a mi lado a una mujer (Zoraida de León) que, por momentos inesperados, agarró las riendas de la carrera de Óscar D’León, pero yo sabía que iba a hacer las cosas bien porque antes las hizo con responsabilidad y cabalidad; entonces, no me equivoqué.
-Le ha ido bien con su esposa como mánager.
-Ha sido una dupla importante y estoy seguro de que va a durar mucho tiempo, en nombre de mi viejita Dionisia.
-¿Hay una fórmula del éxito para Óscar D’León?
-Lo primero es darte cuenta de para qué sirves, qué es lo que tú puedes hacer. A mí me dio la vida una cosa tan hermosa y, sobre todo, lo que me dio como talento, la gente lo disfruta porque me aplaude, me quiere y me sigue a donde voy, y estoy sumamente comprometido con ello.
-Y se nota. ¿También se puede decir que Óscar D’León tiene la fórmula de la eterna juventud?
-Soy muy optimista, un hombre que ama la vida y ya ando en búsqueda de algo que me haga vivir 60 años más (risas).
-¿Un elixir o eso se lo debe a su rutina diaria?
-Comienza por mí. Hago ejercicios, como bien, no le hago caso a los problemas, no oigo noticias para no preocuparme ni que me dé estrés, entonces solo estoy pendiente de la música porque la música es un elixir de vida.
-Si fuese un médico y tuviera que evaluar la salud y la vigencia de la salsa, ¿cuál sería su diagnóstico?
-La gente todavía quiere su género, nuestra salsa. Hay muchos programas de esa corriente acá, en Miami. Siempre hay un espacio apoyando lo que nosotros estamos haciendo y los que quedamos estamos pendientes de hacer algo nuevo para el público.
-¿Qué les espera a los seguidores que acudirán a su encuentro en el Teatro Teresa Carreño?
-Ahí el repertorio lo va a construir la gente. No va a ser “La sinfónica” todo el tiempo para que el oído no se acostumbre y no vayan a fastidiarse con tanto sonido suave. No. Eso tiene que ser explosivo y para eso va a estar mi orquesta. En el momento en el que la orquesta esté cambiando sus papeles, sus partituras, nosotros vamos a estar dándole candela al público.
-Ha llevado la salsa a todas partes del mundo, ha recibido reconocimientos, ha grabado colaboraciones e incluso prestado su voz a películas animadas. ¿Qué le falta por hacer a Óscar D’León?
-Uno no puede estar pendiente de eso. Día a día hay que estar pendiente de la música. Siempre ando en comunicación con mi equipo, incluso en lo más mínimo, los uniformes. Siempre llamo a los muchachos desde aquí para pedirles algún consejo, porque no soy un erudito de todo. Siempre estamos unidos, en contacto y comunicació
¿Cómo calificaría su conexión con artistas de nuevas generaciones?
-Hay una atención muy importante de parte de los muchachos reguetoneros. Estoy pendiente de lo que ellos quieran hacer porque he oído que J. Balvin y Maluma quieren grabar, así que cuando empiece a hacerlo, se las expondré para que escojan y ¡manos a la obra!, pues.
-¿Cuáles considera son los mayores retos que enfrenta actualmente un cantante considerando los cambios que ha registrado la industria musical en los últimos años?
-Bueno, hoy en día para promocionar hay que estar bien informado porque las redes obligan a eso y, por otra parte, escoger bien los temas aunque siempre se graba un solo tema para promocionar. Si ese no da, hay que lanzar otro. Tienes que estar preparado para todo porque los cambios son muy rápidos. Gracias a Dios, mi señora está muy pendiente de cualquier movimiento que se geste en las redes, pregunta y por ende, está siempre en el tapete. Ella le mete el pecho y le da al público toda la información que quiere.
-¿Qué lugar ocupa Venezuela en su corazón?
-Venezuela ocupa el primer lugar en mi corazón. Ésa es la catedral. Los demás son capillas (risas).
Finalmente, “El diablo de la salsa” se confiesa afortunado. “Estoy feliz por lo que está pasando conmigo en estos momentos y espero que Dios y mi viejita linda me cuiden para seguir así”.