Edson Arantes do Nascimento, mejor conocido como Pelé, ganó tres Copas del Mundo, entre un sinnúmero de otros títulos, que lo catapultaron a ser considerado el mejor futbolista de la historia.
De hecho, hay quien todavía lo considera, en un debate que parece cada vez más dominar Lionel Messi, y que incluye, también, al fenecido Diego Armando Maradona.
Pero eso de Pelé, "el mejor del mundo", no estaba tan claro en Europa a principios del sesenta, donde a día de hoy, siguen viendo con recelo sus competiciones de futbol.
Para ese entonces, el Benfica de la 'Pantera Negra' Eusébio había 'acabado' con la dinastía del Real Madrid de Alfredo Di Stéfano y compañía. Eran los bicampeones de Europa. Además, la 'verde-amarela' había ganado en 1962 la Copa del Mundo sin Pelé, luego de que el atacante se desgarrara la ingle en el segundo partido.
Consideraban que cuatro años antes, el atacante brasileño había sido la figura de Suecia 1958, pero que solo era "una más" de múltiples en el Viejo Continente. Primero tenía que 'probarse', en sus terrenos…
Así las cosas, llegó la tercera edición de la Copa Intercontinental, donde se midieron el campeón de la Conmebol (Santos) y UEFA (Benfica). El anticipado duelo de Pelé vs. Eusébio: el mejor de América contra el 'Rey' de Europa.
El primer partido entre ambas escuadras se llevó a cabo el 29 de agosto de ese año en el mítico estadio Maracaná, en Brasil.
El Santos alineó su emblemática delantera con Pelé, Coutinho, Dorval y Pepe. Pelé anotó dos de los tres goles de esa primera victoria del Santos, que terminó 3-2.
En la vuelta, un 19 de septiembre en el estadio da Luz, en Lisboa, la historia fue distinta. Más que un parejo encuentro, Pelé, volvió a brillar, esta vez con un hat-trick. El equipo brasileño llegó a estar arriba en el marcador hasta por 5-0.
Fue entonces cuando Santos bajó revoluciones, ya con la eliminatoria sentenciada, y el Benfica descontó con par de dianas, una de ellas por Eusébio.
Ya no había debate. Con cinco goles de los ocho que consiguió el Santos en ambos compromisos, Pelé le demostraba a Europa que era (y seguiría) siendo el mejor del mundo hasta que él lo dijera.
No hacía falta fichar por un club europeo para demostrarlo… El mejor futbol lo jugaba el Santos.
Ese año, el Balón de Oro (no lo podía ganar nadie que no fuera europeo) se lo adjudicó el centrocampista Josef Masopust, por encima de Eusébio, y quien se convertiría en el primer checoslovaco en lograrlo.
El portugués lo ganó luego en 1965 y a Pelé le dieron uno honorífico en 2013.
’O Rei', que a final de esa década (1969), rebasaría los mil goles entre club y Selección, militó con el Santos hasta 1975.
En vez de irse a Europa o retirarse, optó por dar el salto a la North American Soccer League (NASL) con el New York Cosmos. Allí, con compañeros de equipo como Franz Beckenbauer, Giorgio Chinaglia y Carlos Alberto, Pelé marcó 37 goles y repartió 30 asistencias en 64 partidos. Le dieron el Jugador Más Valioso y logró un título.
Con la Selección, ganaría su tercer Mundial (en México 1970) un lustro antes de esa aventura en el Cosmos. Su promedio de 0.84 goles por partido es el mejor en la historia de Brasil (mínimo 30 anotaciones). De hecho, sigue siendo el máximo goleador con 77 dianas con la Selección.
Dos veces campeón de la Copa Libertadores, seis del campeonato brasileño y 10 del Paulista, Pelé volvió a ganar la Copa Intercontinental en 1963, esta vez al Milan.
Tenemos la dicha de todavía contar con Pelé con vida. Ya se nos fue Maradona. Aprovechemos y sigamos rindiendo tributo a un ícono del deporte mundial.