El ministro de Salud Pública, doctor Daniel Rivera, declaro que ante la situación del colera en Haití “por orden del presidente de la República, Luis Abinader y la vicepresidenta Raquel Peña estamos haciendo toda la logística para la alerta epidemiológica y ahora estamos restableciendo todos los protocolos de cólera”.
Indicó el funcionario que el Ministerio de Salud Pública y Población de Haití (MSPP) informó sobre un posible nuevo brote de cólera en el país tras confirmarse un caso de la enfermedad en el barrio Savanne Pistache-Decayette, en el corazón de Puerto Príncipe.
Se han notificado varios casos sospechosos de cólera en barrios humildes, como Cité-Soleil y Martissant, que sufren un intenso conflicto armado entre bandas armadas, en un contexto marcado por el agravamiento de la crisis sociopolítica y económica en Haití.
Haití sufrió una epidemia de cólera meses después de producirse el terremoto de 2010, enfermedad importada por los cascos azules de Nepal que formaron parte de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah).
El cólera infectó a 520.000 personas y provocó la muerte de al menos 7.000, plaga que no fue totalmente controlada hasta 2019, y las víctimas de la epidemia, abandonadas por las autoridades, siguen exigiendo justicia y reparación a las Naciones Unidas.
Este caso confirmado de cólera y los pendientes de confirmación se revelan en un momento en el que la comunidad internacional aboga por una intervención militar de la ONU en Haití para, supuestamente, contribuir a hacer frente a la situación de violencia en la que se encuentra, secuestrado por bandas armadas que se disputan el territorio.
Con el bloqueo de la terminal petrolera por parte del líder de la coalición armada conocida como el G9, el ex policía Jimmy Cherisier, la escasez de combustible persiste en el país, aumentando su precio en el mercado negro e incrementando el costo de productos de primera necesidad.
Ante esta situación, los hospitales y centros de salud de la capital y de las ciudades de la provincia se han visto obligados a cerrar servicios y reducir su horario de trabajo.
En los últimos días se han celebrado reuniones entre diferentes instituciones que trabajan para hacer frente a lo que constituiría una emergencia sanitaria, justo en un momento en el que la situación de seguridad en el país se deteriora y se multiplican las manifestaciones antigubernamentales que exigen la salida del primer ministro, Ariel Henry.