Decenas son las personas que en la comunidad costera Los Negros en el distrito municipal Puerto Viejo de Azua viven de la pesca, labor que durante décadas han vivido y gracias a la cual han sacado adelante a sus familias. Sin embargo, las pretensiones de instalar allí una planta eléctrica flotante amenaza, no solo esta fuente de ingresos, sino también al medio ambiente.
Aproximadamente 42 kilómetros recorre la señora Kenia Pérez de 52 años, alias La Mula, desde el municipio Peralta hasta Los Negros de Puerto Viejo en Azua, un trayecto que anda desde sus 11 años, edad a la que empezó a comprar pescados para revender y con lo que ha mantenido a su familia. Pero hoy, su única fuente de ingresos peligra ante la eve real instalación de una planta flotante de generación eléctrica.
Pero no solo Kenia Pérez se opone a la instalación planta de generación de 178 megavatios en el muelle de Puerto Viejo, sino otros tantos comerciantes y comunitarios que parecen estar dispuestos a perder hasta su vida para frenar las pretensiones de la empresa internacional Karpowership. Y es que hay quienes aseguran que quitarles su fuente de ingresos sería como matarlos.
A demás de los daños al comercio informal, los moradores en el ligar advierten sobre el impacto medioambiental de la misma.
Los lugareños citan que la empresa no cuenta con los permisos de suelo necesarios para dichas operaciones.
En oposición a la instalación de la planta los comunitarios se han manifestado e incluso enfrentado a las autoridades policiales y están dispuestos a llegar aún más lejos a fin de disipar cuál posibilidad de la instalación de la planta de generación eléctrica.