Miami.- Ángela Álvarez cuenta a EFE que comenzó a escribir canciones en 1942 en Cuba con el sueño de ser artista, pero tuvieron que pasar ocho décadas para sacar su primer disco, hacer un documental y además conquistar a los 95 años la nominación como Mejor Nuevo Artista en los premios Latin Grammy.
Alegre y con una gran voz, energía y lucidez, Álvarez cuenta que se siente «soñando despierta», pero ya prepara el vestido que lucirá en la gala el próximo 22 de noviembre en Las Vegas, acompañada de su nieto Carlos José Álvarez.
El también compositor explica a EFE que creció viendo a su abuela cantar y pensó que eso era lo típico de las familias cubanas porque su padre también es músico, y no se percató que «Nana», como le dicen, era una «cantante frustrada».
«Yo creía que todo el mundo tenía una abuela cubana que cantaba y tocaba la guitarra», dice el también percusionista.
DESCUBIERTA POR SU NIETO
Un proyecto familiar para grabarla cantando sus composiciones le reveló la riqueza en letra, melodía y voz de su abuela, y comentando con una amiga sobre el tema esta le reclamó que si estaba esperando que se «muriera» para darla a conocer.
Álvarez, que es compositor para el cine y la televisión, relata que le comenzó el afán y citó de inmediato a su abuela en los estudios de grabación en Los Ángeles.
Lo que él empezó como un disco, se convirtió en un documental, una primera presentación de la abuela ante el público en el histórico teatro Avalon de Hollywood y además una nominación al Latin Grammy.
En el camino se unió a este proyecto fílmico el actor y director cubanoestadounidense Andy García y para 2021 «Nana» ya había lanzado el documental «Miss Angela» y su primer y único disco.
«Ella tenía todo en la mente: la letra y las melodías y usaba la guitarra para componer (…), yo nada más hice los arreglos», relata Carlos José sobre el álbum.
La cara de «Nana» se entristece contando que su padre no estuvo de acuerdo con su idea de cantar, pero recuerda que en medio de la frustración mantuvo «una llama» de esperanza.
Sus temas, en su mayoría boleros y danzones, fueron inspirados por el amor a su esposo y a Cuba, y denotan también la tristeza del destierro y de la separación durante los años sesenta de sus cuatro hijos y su esposo, cuando huyeron por separado de la isla.
«Yo me ponía a tocar la guitarra y a cantar y eso me subía el ánimo y ya se me olvidaba», dice Álvarez.
Mostrando sus cuadernos con manuscritos en letra pegada, recorre los momentos felices antes del triunfo de la revolución cubana de 1959, pero también el temor de que sus hijos fueran adoctrinados bajo el régimen socialista de Fidel Castro.
Dice que su Cuba no la olvida nunca y que le gustaría volver, pero teme que todo haya cambiado. «No sé si voy a ver la Cuba que yo dejé», se lamenta.
«Cuando yo repito una de mis canciones, que yo canto y que yo compuse, yo cierro los ojos, yo puedo ir por Cuba», señala.
Su nieto aclara que el proyecto, que comenzó hace cinco años, «lo hizo con ella y no por ella».
«Nadie tiene eso, ni canta como ella, pero yo no sabía. Yo sabía que tenía una voz linda, sabía que cantaba, sabía que escribía, pero no aprecié lo increíble que era», se lamenta.
BOLEROS ENTRE EL REGUETÒN
Carlos José dice que cuando él comenzó su carrera profesional como músico y tuvo que enfrentarse a la composición, se dio cuenta lo «difícil» que era y el «don» que tenía su abuela.
Resalta el «coraje» que ella tuvo para entrar un estudio a los 90 años de edad y dice que se dio cuenta que era una historia inspiradora que no se podía quedar solo en la familia y había que contarla. Ahí nació el documental, cuenta.
«Mi deseo es que mi generación y generaciones más jóvenes se sienten y hablen con sus abuelos y les pregunten, todos ellos tienen sueños, todos tenemos sueños», subraya.
A los 95 años, que cumplió en junio pasado, Ángela Álvarez compite por el Latin Grammy con una decena de jóvenes revelaciones, en su mayoría de música urbana: Sofía Campos, Cande y Paulo, Clarissa, Silvana Estrada, Pol Granch, Nabález, Tiare, Vale, Yahritza y su esencia, y Nicole Zignago.
Álvarez conquistó la nominación con un álbum de 15 canciones con títulos como «Qué linda es Cuba» y «Mi gran amor» y «Camino sin rumbo», que su nieto descubrió entre más de cuarenta composiciones que tenía en un cuaderno.
El bolero es «algo que tú expresas, que sientes y si tú estás enamorado escribes».
Dice que su capacidad de componer es un regalo de Dios y que ella misma se sorprende porque no le cuesta trabajo.