En un 2022 de limitadas apuestas, hubo margen para algunas revelaciones y para la continuación de series donde la experimentación y el riesgo son la norma
Con una producción que supera los 500 shows al año se hace realmente difícil, casi imposible, estar completamente al día con el universo de las series. Entre TV, plataformas de streaming y todo aquello que no llega a nuestras pantallas, es un mundo inabarcable si uno intenta analizarlo de una mirada más o menos completista. El cine suele tener una producción anual igual o mayor, pero cada película involucra normalmente menos de dos horas de tiempo del espectador. Una serie, como mínimo, requiere el doble, el triple y a veces mucho más. Es por eso que cualquier ranking es un recorte parcial, subjetivo, armado en función de lo que se puede ver.
Ya hace algunos años, la industria de las series ha entrado en un esquema similar al del cine. Las décadas pasadas trajeron aparejadas, con el crecimiento y la explosión del formato, un mayor grado de experimentación y riesgo. Se podían encontrar grandes series para un público específico, limitado. Pero en los últimos años, crisis mediante, las plataformas han decidido limitar sus apuestas, ir cada vez más a lo seguro (grandes producciones derivadas de universos previamente conocidos, sean Star Wars, Marvel, El Señor de los Anillos o Juego de tronos) y cancelando o arriesgándose menos en esos mismos productos “adultos” que le dieron vitalidad al formato. De todos modos, en una producción anual tan grande, esas joyitas un tanto ocultas siguen estando. Y este Top 5 –con algún Bonus Track– está dedicado a ellas.
5. Reservation Dogs
Esta extraordinaria comedia dramática, que acaba de estrenar su segunda temporada aquí, es un retrato de una comunidad indígena que vive en una reservación en Oklahoma, narrada a través de las desventuras de cuatro adolescentes que lidian con la muerte de uno de sus amigos y con la contradicción entre querer quedarse o irse de ese lugar, en el que están sus familiares, sus tradiciones y sus costumbres pero en donde creen no tener futuro. Cada episodio está atravesado por situaciones absurdas, coloridas y graciosas que de a poco van dando paso a una mayor conexión emocional tanto con los jóvenes protagonistas y sus historias de vida como con los extravagantes y simpáticos personajes que los rodean. Co-creada por Taika Waititi (el director de Thor: Ragnarok, entre otras), es una verdadera revelación.
4. Barry (HBO Max)
El concepto de la serie puede parecer menor, banal, más apto para una película tipo Analízame que para una serie con las complejidades éticas y emocionales de esta, que protagoniza Bill Hader, uno de sus creadores. El actor interpreta a un asesino profesional y veterano de guerra que, siguiendo a una potencial víctima, termina inscribiéndose en una clase de teatro. Y las experiencias que vive allí –además de las personas que conoce– literalmente le cambian la vida y le hacen replantearse su profesión. Pero el hombre tiene que seguir trabajando y empieza a lidiar no solo con una crisis de conciencia sino con cada vez más peligrosos y complicados enemigos. Barry es, por momentos, una comedia divertida, por otros un drama psicológico complejo y en algunos episodios, especialmente, una serie de acción tan violenta como salvaje acerca de alguien que quiere salir de la peligrosa vida en la que se ha metido pero no sabe cómo hacerlo.
3. Better Call Saul (Netflix)
Lo que comenzó como una serie para aprovechar la gracia de un simpático personaje secundario de Breaking Bad, el mítico abogado Saul Goodman, se transformó a lo largo de seis temporadas en la historia de la lenta y progresiva caída en el abismo moral de un personaje que de a poco fue pasando de pintoresco a peligroso, de colorido a algo parecido a un sociópata. La última temporada lo encuentra ya convertido en ese “personaje público” que conocimos en la anterior serie de Vince Gilligan y explora, además, lo que pasa después de los sucesos de esa otra obra maestra del género. Precisa, ingeniosa, brutal –especialmente en las partes ligadas al mundo de la mafia– y emocionalmente demoledora en todo lo demás –las relaciones personales de Saul–, la serie termina siendo nada más ni nada menos que una historia de amor entre un hombre y una mujer que, como diría el título de una vieja película, “juntos son dinamita”.
2. El oso (Star+
Uno de los grandes descubrimientos del año, esta serie dramática transcurre casi en su totalidad dentro de la cocina de un restaurante de Chicago en el que se preparan comidas rápidas, más específicamente variaciones del famoso “Italian Beef Sandwich”. La particularidad aquí es que el nuevo dueño del lugar, tras la muerte de su hermano, es un chef que viene de trabajar en los restaurantes más refinados del mundo. Los choques entre el protagonista, los nuevos y viejos empleados, los familiares y los clientes van creando un brutal clima de tensión en el trabajo, uno que la serie transmite muy bien al transformar esa cocina en una literal olla a presión. Pero, más que cualquier otra cosa, The Bear es un fascinante retrato familiar y de una comunidad, la exploración del acto de preparar un plato de comida como una forma de lidiar con los traumas y las tensiones de una vida.
1. Severance (AppleTV+
Otra sorpresa de la temporada, esta serie producida y con varios episodios dirigidos por Ben Stiller, es un recordatorio potente de que la experimentación no ha desaparecido del todo del formato serial. Por un lado, su trama es fascinante: es la historia de un grupo de empleados que trabaja en una misteriosa empresa en la que, al entrar a sus oficinas, les borran la memoria de quienes son fuera de ella. Y viceversa. Ellos viven dos vidas paralelas hasta que, previsiblemente, algo se rompe y empiezan a sospechar que cosas raras suceden ahí adentro. ¿O será afuera? Pero lo más destacado de la serie es su puesta en escena, su formato, que remeda a clásicos de la ciencia ficción más gélida, con sus escenarios retrofuturistas y sus empleados que funcionan casi como robots. A su manera –sutil, misteriosa, que avanza lento pero explota sobre el final–, Severance es una inteligente mirada a los aspectos más brutales y deshumanizantes del capitalismo extremo.
Tres Bonus Track:
Una miniserie: La ciudad es nuestra (HBO Max). Excelente mirada a un caso real de corrupción policial en la ciudad de Baltimore, creada nada menos que por el autor de The Wire, David Simon. Seis intensos y violentos episodios que pintan, como suele pasar en sus series, el funcionamiento del sistema que genera estos monstruos.
Una serie inédita: Atlanta (Temporada 3 y 4). Por extraños motivos de la distribución internacional, las últimas dos temporadas de esta serie creada por Donald Glover no han llegado aún a la Argentina. Si buscan narraciones experimentales y arriesgadas, aquí está todo: cada episodio es una bizarra minipelícula, un cortometraje que se sabe dónde empieza pero es imposible adivinar dónde y cómo termina.
Una serie argentina: El fin del amor (Amazon Prime Video) Temporada 1. Las muy francas desventuras de Tamara (Lali Espósito), una chica criada en el seno del judaísmo ortodoxo de Buenos Aires pero que se ha alejado de eso con el paso de los años para vivir un tipo de vida muy diferente, es el eje central de esta muy buena serie adaptada del libro de Tamara Tenembaum.