Olivorio Mateo fue un líder religioso muy popular en la zona a principios del siglo XX. Sus doctrinas giraban sobre el rechazo a la ocupación estadounidense de Santo Domingo y por este motivo fue perseguido y asesinado. Olivorio se constituyó como un curandero, profeta y guerrillero con una especie de poderes sobrenaturales.
Santo Domingo RD .- Este 28 de diciembre se cumplen 60 años de la llamada Matanza de Palma Sola, una masacre llevada a cabo en 1962 en un paraje conocido con ese nombre del municipio de San Juan de Maguana, en República Dominicana.
El motivo de la matanza fue la intención de aniquilar un movimiento desarrollado en la zona, basado en creencias de carácter mesiánico y popular que recogía las enseñanzas de Olivorio Mateo, más conocido como Papá Liborio.
Olivorio Mateo fue un líder religioso muy popular en la zona a principios del siglo XX. Sus doctrinas giraban sobre el rechazo a la ocupación estadounidense de Santo Domingo y por este motivo fue perseguido y asesinado. Olivorio se constituyó como un curandero, profeta y guerrillero con una especie de poderes sobrenaturales.
Este personaje se convirtió en una suerte de profeta de la zona de San Juan de Maguana que aseguraba que tenía poderes de curación y que podía desaparecer. El misticismo creado alrededor de Papá Liborio fue recogido años después de su muerte, en la década de los 60, por 'Los Mellizos', los hermanos Romillo y León Ventura de Rodríguez.
Estos dos hermanos crearon en la zona de Palma Sola un movimiento que seguía las doctrina que Olivorio había promulgado cuatro décadas antes.
Este fue el motivo por el que el Gobierno dominicano ordenó al ejército la eliminación de las personas vinculadas a estas creencias. La matanza de Palma Sola terminó con la vida de entre 1.000 y 3.000 personas. Las cifras de los fallecidos son muy confusas debido a que inmediatamente después del asalto a los campesinos palmasolistas éstos fueron enterrados en una fosa común.
Tras 60 años, los acontecimientos que se desarrollaron el 28 de diciembre de 1962 siguen siendo uno de los secretos mejor guardados de la historia de la República Dominicana. A día de hoy esta masacre no ha conllevado ningún tipo de juicio ni castigo a quienes la ejecutaron ni a quienes la ordenaron
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