Nueva misión a la Luna, récords de lanzamientos comerciales, más ciencia en Marte y hasta una desviación de un asteroide fueron algunos de las hazañas en el espacio alcanzadas este año
La nave espacial Artemis 1 Orión de la NASA realizó un vuelo épico a la luna, Rusia invadió Ucrania y SpaceX estableció algunos récords. Hoy concluye un gran año espacial. Un 2022 histórico por diversos motivos en los que la ciencia y la tecnología humana alcanzaron picos sobresalientes de hechos nunca antes registrados.
Con naves espaciales interplanetarias nuevas, más exploración espacial en otros mundos, con más cohetes privados que nunca lanzados y hasta el histórico momento en que la raza humana pudo alterar el curso natural en el universo y logró desviar un cuerpo en el espacio intencionalmente. Infobae repasó los 10 hitos espaciales que hicieron único este año que termina.
La misión Artemis 1 de la NASA fue el mayor hito espacial de 2022, ya que después de 50 años una nave con capacidad para trasladar humanos a la Luna y potencialmente a Marte logró despegar y regresar con éxito. La misión Artemis I probó que podemos volver a pisar nuestro satélite natural y también ilusionarnos con hacer lo mismo en Marte a partir de la década del 2030. Así como hubo una generación marcada por el programa Apolo que llevó a la humanidad por primera vez a la Luna hace más de 50 años, hoy estamos viviendo una nueva era espacial con Artemis.
Artemis probó el nuevo cohete Space Launch System (SLS) o Sistema de Lanzamiento Espacial, que posee los motores de los venerados trasbordadores espaciales, que se retiraron en 2011 y de la nueva cápsula espacial, llamada Orión, con capacidad para transportar hasta 4 astronautas en lugar de los 3 que tenía la lanzada hace cinco décadas. El cohete Space Launch System es el más poderoso jamás construido ya que ganó un 15% más de empuje que el legendario Saturno V que llevó adelante las misiones Apolo. Artemis 1 tuvo como objetivo demostrar que el cohete SLS y Orion están listos para llevar astronautas a la Luna como parte de un programa sostenido de exploración lunar que finalmente permitirá vuelos tripulados a Marte.
“Hemos podido lanzar el SLS en forma exitosa, hemos podido ir más allá de nuestra atmósfera e inclusive más allá de la Luna, llegando a una lejanía nunca antes recorrida en una órbita retrógrada, para una nave tripulada. Con este movimiento, probamos el ambiente y la órbita lunar como técnica de impulso para volver a la Tierra”, explicó a Infobae en comunicación exclusiva desde Estados Unidos, la especialista Rosa Ávalos-Warren, gerente de misión de la red de comunicaciones y rastreo para vuelos espaciales tripulados, en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA.
“Ahora estamos analizando todos los ricos datos que la misión Artemis nos dejó, evaluando el comportamiento de la nave Orión, ya sea en forma interna y externa. Artemis ha sido una misión muy compleja, que finalmente aterrizó con éxito. Pero la misma estuvo demorada muchos años y suspendida tres veces su lanzamiento este año por diversos motivos”, concluyó la experta.
La NASA quiere usar estos nuevos cohetes para construir una estación espacial Gateway alrededor de la Luna, luego enviar tripulaciones allí para usarla como base de operaciones para viajes al polo sur lunar y luego Marte. Los planes en 2023 implican el estudio de todos los datos registrados por Artemis I. En 2024 se espera un nuevo despegue programado por la NASA, ahora sí con astronautas. El viaje de Artemis II orbitará la Luna y probará que los astronautas podrán soportar el prolongado viaje de varias semanas. Finalmente, en 2025 Artemis III hará el descenso a la superficie de la Luna, donde la tripulación pisará nuestro satélite natural no ya con la intención de pasar horas, sino de quedarse allí días con la mira de en los próximos años establecer una colonia permanente.
Si Artemis fue el mayor avance espacial en términos de exploración humana, a nivel astronómico sin duda la puesta en funcionamiento del telescopio espacial James Webb (JWST) fue lo mejor que sucedió en 2022. Es que el observatorio está revolucionando la astronomía y la ciencia moderna con cada observación que realiza.
Calificado por los científicos, y también por los especialistas de la revista Science, como el avance científico del año, el telescopio de 18 espejos que miden 6,5 metros y el parasol del tamaño de una cancha de tenis, costó10 mil millones de dólares de costo, y tardó 20 años en construirse. A mitad de año se situó en el punto L2 Lagrange, en el lado más alejado de la Tierra del Sol, para comenzar a tomar las increíbles imágenes del universo, que asombran a los científicos y a la humanidad.
La razón principal por la que JWST está funcionando tan bien es por su óptica superlativa, que puede alcanzar su máxima resolución potencial para la mayoría de las longitudes de onda infrarrojas en las que observa el telescopio. Este éxito significa que las imágenes que capta tienen una claridad que no eran inalcanzable por el Telescopio Espacial Hubble y el Telescopio Espacial Spitzer retirado de la NASA , o telescopios más grandes en la tierra como los del Observatorio Keck en Hawai, cuya visión es borrosa por la atmósfera de la Tierra.
Pero con JWST, las estrellas individuales tan juntas que alguna vez fueron indistinguibles ahora se pueden resolver; las estructuras de galaxias muy distantes ahora son discernibles, se pueden estudiar las atmósferas de lejanos exoplanetas y se pude ver más lejos en el tiempo de lo que nunca el ojo humano lo hizo: cómo eran las galaxias hace 13.400 millones de años, solo 400 millones de años después del Big Bang.
El momento clave del Webb fue el 11 de julio, cuando de la mano de Joe Biden, presidente de Estados Unidos, la NASA publicó las primeras cinco imágenes oficiales de la misión. La primera fue la más impactante de todas: el cúmulo SMACS J0723.3-7327 de hace 4.600 millones de años. Sin embargo, muchas de sus galaxias internas son de hasta de 13 mil millones de años luz. A esta fotografía la acompañaban las de la Nebulosa Carina, la Nebulosa del Anillo del Sur, el Quinteto de Stephan y el exoplaneta WASP-96b.
A partir de allí, todo fue ciencia: encontramos al mejor candidato para vida en el espacio, la galaxia más distante del universo hasta la fecha, la primera muestra de dióxido de carbono en la atmósfera de un exoplaneta, la primera imagen de un planeta fuera del Sistema Solar y la primera imagen de los anillos de Neptuno desde 1989.
El primer intento de la humanidad para intentar desviar un asteroide con la misión DARTfue exitoso y seguido por millones de personas en todo el mundo que no podían creer cómo una nave impactaba a un cuerpo celeste a millones de kilómetros de la Tierra, algo que solo se había registrado hasta ahora en películas de ciencia ficción.
La nave espacial DART fue lanzada a una velocidad de 23.000 kilómetros por hora (6,6 kilómetros por segundo) contra el asteroide Dimorphos, para modificar ligeramente su órbita alrededor de un asteroide mayor, Didymos. La nave espacial probó una técnica de “impacto cinético” para alterar las trayectorias de pequeños cuerpos en el espacio, ofreciendo una herramienta para evitar futuros intrusos que se dirijan a la Tierra.
El objetivo de DART era acortar la órbita de Dimorphos alrededor de un asteroide más grande en al menos 73 segundos, pero DART superó con creces la marca y la cambió en un increíble tiempo de 32 minutos. La NASA ha encontrado alrededor del 40% de los grandes asteroides de hasta 140 metros de ancho que podrían representar una amenaza futura y concreta para la Tierra. Por ello monitorea atenta a estos y otros peligros a través de una red de telescopios asociados en tierra y en el espacio.
El rover Perseverance de la NASA sigue haciendo historia en su segundo año en la superficie de Marte ya que de a poco comienzó a armar el primer depósito de muestras para que otras naves puedan traerla a la Tierra. El rover de 6 ruedas recolectará 10 tubos que dejará en la superficie del planeta rojo. Ese material de una asombrosa variedad geológica algún día se analizará en laboratorios terrestres para darnos más información de la vida biológica pasada del planeta rojo y antes de que futuras misiones humanas puedan traer material de su superficie.
Perseverance está explorando una zona muy rica en sedimentos pasados. Se trata del cráter Jezero, donde hace 3500 millones de años había abundante agua que formaba lagos y ríos. El robot ya ha tomado varias muestras y las ha albergado dentro de su estructura, para luego llevarlas a una nave espacial que aterrizará en 2030 en Marte y será encargada de llevarlas a una nave orbital, gracias a un pequeño cohete que lleva en su compartimiento.
Pero si ese plan falla, si el rover se rompe, si no puede acercarse a la nave espacial que llegará en 2030, los ingenieros ya diseñaron un plan B. El mismo consiste en que esta nave espacial llevará adosados dos pequeños helicópteros parecidos al Ingenuity, que estarán encargados de recoger una serie de tubos con muestras de Marte dejados por Perseverance y llevarlas a dicha nave espacial para luego introducirlas en el cohete.
Perserverance ya comenzó este mes a dejar las muestras marcianas en tubos desparramados en la superficie de Marte, en lo que se conoce desde ahora como depósito de muestras marcianas. El proceso de construcción del depósito comenzó cuando el rover dejó caer el primero de sus tubos de muestra de titanio que lleva un núcleo de roca del tamaño de una tiza desde su vientre a 88,8 centímetros al suelo en un área apodada “Tres bifurcaciones” dentro del cráter Jezero. En el transcurso de alrededor de 30 días, Perseverance depositará un total de 10 tubos con muestras que representan la diversidad del registro de rocas en el cráter Jezero.
En junio de este año, Percy ha encontrado una serie de rocas de grano fino, algo muy importante para los científicos, ya que mencionan que estas rocas pueden ser la mejor oportunidad de preservar la evidencia de vida. Además, en septiembre compartió la fotografía más detallada de Marte, con más de 2 mil millones de píxeles en 3,58 GB.
El 24 de febrero último Rusia invadió Ucrania, lo cual generó el repudio internacional y una amplia gama de sanciones dispuestas por muchos países del mundo. Esas sanciones recayeron también en la exclusión de Rusia de cualquier colaboración en materia espacial en distintos proyectos espaciales. Si bien hubo distintas amenazas de boicot en cuanto al trabajo que hacen rusos y estadounidenses en la Estación Espacial Internacional (EEI), la colaboración siguió sus frutos, incluso con lanzamientos desde territorio ruso con astronautas estadounidenses y con lanzamientos desde EEUU con cosmonautas rusos. Igualmente, Rusia anunció el fin de su colaboración en la EEI en 2024, para construir su propia plataforma orbital en 2025.
En cuantos a las amenazas, Rusia fue la más explícita en ese sentido, enviando indirectas en las que mostraban cómo la estación espacial podía destruirse si es que su agencia espacial Roscosmos decidía retirarse del programa. La NASA, por su lado, fue más cauta, aunque sí reconoció que gran parte del impulso y maniobra de la nave actualmente depende de los rusos. La EEI, por su parte, tendrá ayuda por parte de SpaceX para seguir funcionando más allá de esta fecha hasta finales de década. En este camino, la NASA la reemplazará con tres estaciones privadas a las cuales apoyará en su desarrollo y a las cuales pagará para que sus astronautas lleguen y realicen experimentos en ellas.
Pero la misión ExoMars Rosalind Franklin a Marte en conjunto con la Agencia Espacial Europea (ESA) debió cancelarse a último minuto. En noviembre, los estados miembros de la ESA aprobaron un presupuesto récord de 17.000 millones de euros para los próximos tres años, en parte, para salvar la misión y dotarla de nuevo hardware no ruso.
La primera misión totalmente privada llegó en abril a la Estación Espacial Internacional con una tripulación de cuatro miembros de la empresa Axiom Space. Fue cuando un cohete SpaceX Falcon 9 con la cápsula Crew Dragon Endeavour se acopló a la EEI y la tripulación ingresó a la estación espacial casi dos horas después, luego de su lanzamiento desde el Centro Espacial Kennedy en Florida el viernes.
Al mando de la Axiom Mission 1 (Ax-1) se encuentró el exastronauta de la NASA Michael López-Alegría, con doble nacionalidad estadounidense y española, que voló al espacio cuatro veces durante sus 20 años de carrera y visitó la EEI por última vez en 2007. Lo acompañaron tres pasajeros que pagaron su pasaje: el inversionista inmobiliario estadounidense Larry Connor, el inversionista y filántropo canadiense Mark Pathy, y el expiloto de combate, inversionista y filántropo israelí Eytan Stibbe. El precio de los pasajes, que incluyó ocho días en la estación espacial antes de un eventual amerizaje en el Atlántico, fue de 55 millones de dólares.
Ax-1 fue la primera misión con una tripulación totalmente privada que voló una nave espacial privada a la EEI. Axiom, con sede en Houston, pagó a SpaceX por el transporte, y la NASA también le cobró a Axiom por el uso de la estación espacial.
Aunque a principio de 2022 se hablaba de que este sería el año para ver despegar el nuevo cohete Starship de Elon Musk, con capacidad para viajar a la Luna y Marte, eso no sucedió al final. Pero los más optimistas hablan de un 2023 con grandes chances de verlo lanzado.
Es que la construcción del cohete más poderoso jamás desarrollado y pensado para transportar más de 100 toneladas métricas a la órbita terrestre, no es tarea sencilla. ¿Cuál ha sido el problema? Según parece, el combustible criogénico. Lograr levantar 100 toneladas métricas de metal no es fácil y, para lograrlo, el Super Heavy y sus 33 motores Raptor necesitan propulsores o propelentes criogénicos en estado líquido.
El éxito de Starship requiere la construcción de un cohete de dos etapas: el Starship como tal y el vehículo de lanzamiento, llamado Starship Super Heavy que contará con 33 motores Raptor y servirá para que Starship pueda salir de la Tierra, volviendo a la misma para ser reutilizado, una filosofía de reutilización que SpaceX lleva adelante con cada lanzamiento de su cohete más exitoso: el Falcon 9.
La nave completa medirá 120 metros y será capaz de transportar 150 toneladas de carga útil máxima, con una masa total de despegue de 4.000 toneladas. Y, con estas características, superará en tamaño al sistema de lanzamiento SLS (Space Launch System) de la NASA y al propio Falcon Heavy de SpaceX.
El primero de diciembre, China completó el acoplamiento del tercer y (por ahora) último módulo de la estación espacial, Tiangong que ahora tienen nuevos habitantes. Los tripulantes de la misión Shenzhou-15 dieron el relevo al equipo de la Shenzhou-14 y permanecerán allí para supervisar la construcción de la base orbital.
Así, seis taikonautas (astronautas chinos) conviven en estos momentos en la estación espacial china, Tiangong. Se trata de los tripulantes de la misión Shenzhou-14, quienes han estado morando la estación desde el pasado mes de junio; y su relevo, tripulantes de la Shenzhou-15. Los tres módulos que componen hoy por hoy la estación son Tianhe, módulo principal de la estación y primero en ponerse en órbita en abril del año pasado. Lo siguió el módulo Wentian en julio de este año y Mengtian a finales de octubre.
Tiangong no solo espera futuras tripulaciones. Si todo avanza según los planes, la estación servirá de nave nodriza a uno de los nuevos telescopios diseñados por China: el telescopio Xuntian. El futuro telescopio orbital está diseñado para orbitar cerca de la estación y ser acoplado a ésta cuando requiera mantenimiento o reparaciones.
Con el lanzamiento de ayer del satélite israelí de imágenes de la Tierra EROS C-3 desde la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg en California, SpaceX logró el récord de lanzamientos en un año, totalizando 61 despegues. “Este es nuestro lanzamiento número 61 y final de SpaceX de 2022″, dijo Jesse Anderson, gerente de producción e ingeniería de SpaceX, durante una transmisión en vivo por Internet.
Esto logró superar fácilmente sus 31 lanzamientos de 2021. Muchos de estos lanzamientos fueron para Starlink, una brillante constelación de banda ancha que está causando preocupación entre astrónomos, nativos americanos y otras personas por sus efectos en el cielo nocturno. Otros lanzamientos fueron para trasladar víveres, suministros y hasta astronautas o turistas espaciales a la EEI.
SpaceX fue una de las primeras empresas en utilizar la reutilización de cohetes (Blue Origin es otra) y en 2022 empató su récord de 14 lanzamientos con un solo propulsor. Los cohetes Falcon 9 utilizados por SpaceX están diseñados para aterrizar después de la mayoría de las misiones sobre una nave no tripulada o una pista cerca del sitio de lanzamiento. Últimamente, SpaceX ha estado transmitiendo en vivo la mayoría de esos aterrizajes utilizando cámaras en vivo en el cohete o en el lugar de aterrizaje.
La misión número 14 que empató el récord tuvo lugar el 8 de octubre cuando SpaceX envió dos satélites de comunicaciones comerciales a la órbita. El Falcon 9 utilizado en esa misión envió con éxito a los satélites Intelsat Galaxy 33 y Galaxy 34 a la órbita antes de que su primera etapa regresara a la Tierra. Alrededor de ocho minutos después del despegue, el escenario aterrizó en el dron A Shortfall of Gravitas de SpaceX en el Océano Atlántico.
En tanto, China ha lanzado 60 cohetes en 2022 y 58 de ellos fueron un éxito. Su récord en 2021 fue de 55 lanzamientos. Algunos fueron directamente a través del gobierno, mientras que otros fueron con empresas privadas que son contratistas del gobierno. Muchos de los lanzamientos de China fueron de satélites de observación de la Tierra que también pueden tener fines militares, y otros en apoyo de la estación espacial Tiangong.
El helicóptero Ingenuity en Marte es uno de los puntos destacados inesperados de la misión más grande del rover Perseverance que aterrizó en el cráter Gale en febrero de 2021. Ingenuity fue el primer dron que voló en Marte y ya ha alcanzado los 36 despegues. Algo muy por sobre el estimado de 5 que los científicos habían calculado para la misión iniciada hace un año y medio.
Además, Ingenuity estableció récords de distancia y altitud en 2022. En el vuelo número 25 del dron el 8 de abril, voló una distancia sin precedentes de 704 metros a una velocidad récord de aproximadamente 5,5 metros por segundo. El vuelo en general duró 161,3 segundos, según estadísticas de la NASA. Luego, durante su ascenso número 35 el 3 de diciembre, el helicóptero se elevó más alto que nunca, al llegar a los 14 metros sobre la superficie, más de tres pisos de altura.
Ingenuity ha tenido tanto éxito en su misión que la NASA ahora propone enviar dos helicópteros de recolección de muestras a Marte para llevar las reservas de rocas que Perseverance dejó a un lado a un módulo de aterrizaje de superficie. El módulo de aterrizaje luego retransmitiría la carga útil a la Tierra a través de la transferencia a otra nave espacial.