Según los datos recogidos por la Agencia Fides, en el año 2022, han sido asesinados en el mundo 18 misioneros y misioneras: nueve en África (7 sacerdotes, 2 religiosas), seguido de ocho América Latina (4 sacerdotes, 1 religioso, 1 religiosa, 1 seminarista y 1 laico) y, por último, uno en Asia (1 sacerdote).
En 2022, 18 misioneros y misioneras fueron asesinados en todo el mundo: 12 sacerdotes, un religioso, tres religiosas, un seminarista y un laico. Esto es lo que se señala en el dossier anual de la Agencia Fides, que tiene en cuenta a todos los cristianos católicos implicados de algún modo en la actividad pastoral asesinados de forma violenta durante el año.
El continente con más víctimas fue África, donde murieron nueve misioneros (cuatro en Nigeria, tres en la República Democrática del Congo, uno en Tanzania y la hermana Maria De Coppi en Mozambique durante el asalto a la misión de Chipene). Ocho fueron asesinados en América Latina (cuatro en México, dos en Honduras, uno en Bolivia y la Hermana Luisa dall’Orto en Haití).
En Asia, el padre Joseph Tran Ngoc Than fue asesinado en Vietnam. Sólo tres de los misioneros asesinados habían nacido en países distintos de aquellos en los que murieron; los tres pertenecían a institutos misioneros religiosos. Los demás, leemos en el dossier, "bañaron con su sangre la misma tierra que los había visto nacer, crecer y entregarse totalmente al Señor en consagración".
"Los escasos informes sobre la vida y las circunstancias que provocaron la muerte violenta de estos 18 misioneros", prosigue el dossier, "nos ofrecen imágenes de la vida cotidiana, aunque en contextos particularmente difíciles, marcados por la violencia, la miseria, la falta de justicia y de respeto por la vida humana.
Otras personas que los acompañaban solían correr la misma suerte que los misioneros. Sacerdotes asesinados cuando se dirigían a celebrar la Misa con la comunidad que dirigían, a partir ese pan y consagrar ese vino que serían alimento y vida para tantos fieles.
Una médica religiosa asesinada mientras estaba de servicio en el centro de salud de la diócesis, dispuesta a salvar la vida de otros, y quién sabe a cuántos había salvado ya en el pasado. Una religiosa asesinada durante un asalto a la misión: en lugar de pensar en salvar su propia vida, se preocupó de ir a comprobar que la de las chicas alojadas en el dormitorio estaba a salvo.
Otro laico, agente de pastoral, asesinado cuando se dirigía a la iglesia para dirigir una liturgia de la Palabra para los fieles de esa zona, que no tenían sacerdote residente". De 2001 a 2021, el número total de misioneros asesinados asciende a 526.