El pastor Ezequiel Molina calificó de preocupante la situación de algunos pastores evangélicos que hablan más del dinero, el diezmo y la ofrenda que de la salvación, la paz y la convivencia pacífica de la sociedad dominicana.
En ese sentido, Molina atribuye responsabilidad a los líderes religiosos del avance que en los últimos años ha logrado la violencia, la criminalidad y la delincuencia, ya que, según dijo, muchos se han desenfocado de la iglesia para concentrarse en cosas materiales y vanas de la vida.
“Están buscando otras cosas que son temporales, pasajeras, materiales y están descuidando la esencia de la iglesia y el evangelio. Ahí es que va nuestro mensaje precisamente, porque nosotros tenemos una alta responsabilidad. Cuando me descuido de hacer mi trabajo, entonces soy parte de los responsables de lo que está pasando”, comentó el religioso, durante una entrevista este miércoles en Despierta con CDN, que se transmite de lunes a viernes por el canal 37.
Sin embargo, destacó las obras sociales que realiza la iglesia en favor de la población dominicana, aunque, según dijo, no tienen un periódico para publicar lo que están haciendo.
“Cuántas escuelas, cuántos colegios y cuántos talleres tiene la iglesia a nivel nacional, especialmente en la zona de la frontera. Pero eso no es suficiente, hay que cambiar el corazón de la gente y por eso estamos predicando”, planteó.
El pastor Ezequiel Molina también se refirió al tema de los hechos violentos y delincuenciales que golpean con intensidad a la sociedad dominicana, señalando que las autoridades del Gobierno van en caída libre en el combate a este flagelo.
“Objetivamente, el pleito se está perdiendo en la sociedad. Mire cómo están los crímenes, los mal llamados feminicidios; mire cómo está la delincuencia y la violencia”, manifestó. Puso como ejemplo el caso de la mujer que mató de una puñalada en el cuello a un sargento de la Policía Nacional adscrito a la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett) en San Pedro de Macorís.
Expresó que se trata de un espíritu de violencia que está en el “cuero de la gente” y que se manifiesta con mucha intensidad en el seno de las familias, con agresiones de padres contra hijos, hijos contra padres y entre esposos.
El pastor evangélico declaró que, pese a que los pastores no deben abandonar las iglesias para irse a las tarimas políticas, está plenamente convencido de que algunos líderes evangélicos participen como candidatos a los puestos electivos del Estado, para que desde adentro ayuden a realizar los cambios y transformaciones que el país requiere.
“Creemos que hay líderes evangélicos que deben participar en política, porque es muy fácil criticar desde afuera, decir lo hicieron mal, o por qué no lo hiciste así. ¡Ven! Ayúdame a hacerlo”, planteó.
El líder religioso reconoció que, al llegar al poder, algunos líderes cristianos pudieran desviarse de los valores cristianos, pero aclaró que su propuesta no busca convertir la política a la iglesia, sino que los individuos que desde el templo llegan a la política sean diferentes, en su pensamiento y conceptualización, a los que no tienen fe ni valores cristianos.
Molina ponderó la diferencia que existe entre una persona formada en la iglesia a otra que no conoce la Biblia, razón por la que considera que los religiosos pueden hacer importantes aportes para la transformación de la sociedad. “La delincuencia y el vandalismo que hay en la juventud no tiene control, y parece que la sociedad no tiene herramienta”, agregó.
Al preguntársele su opinión sobre la propuesta de leer la Biblia en las escuelas para combatir la delincuencia desde el inicio de la formación infantil, el pastor Molina se mostró plenamente convencido de que, “aunque usted no crea en la Biblia como información, la Biblia no le va a hacer daño, si algo le hace, es bien”.
En este sentido, dijo que no ve razón para que algunos sectores se opongan a la lectura de la Biblia en las escuelas públicas y colegios privados de la República Dominicana, mientras aplican otras cosas que no son tan provechosas como el texto sagrado.