La activista compartió un aprendizaje por cada año que ha pasado desde que trascendió su amorío con el expresidente de Estados Unidos
Bill Clinton encabezó el gobierno de Estados Unidos de 1993 a 2001. Durante esos ocho años enfrentó varios escándalos por sus decisiones políticas y, aunque trató de mantener su vida privada lejos de los reflectores, no consiguió conservar en secretó su amorío extramatrimonial con su entonces pasante, Monica Lewinsky.
Los rumores trascendieron en enero de 1998 gracias a las grabaciones que presentó una amiga cercana de la ex becaria ante el FBI desatando un caos a nivel internacional, pues para ese entonces el oriundo de Arkansas llevaba más de dos décadas casado con Hilary Clinton. En un principio, el presidente número 45 de Estados Unidos negó los señalamientos en su contra, sin embargo, no pudo contener el escándalo y finalmente Lewinsky confirmó que tuvieron relaciones sexuales en más de una ocasión.
Después de 25 años desde que se desató el escándalo por el que Bill Clinton fue sometido a un juicio político por perjurio ante la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Monica Lewinsky se sinceró sobre todos los aprendizajes que ha obtenido desde su proceso de aceptación y recuperación por todo lo ocurrido hasta la actualidad al dejar una enseñanza por cada año que ha pasado.
“Puedes tomar la decisión correcta y aun así arrepentirte. Además, no juzgues tu interior por el exterior de otras personas. (Divulgación completa: aprendí esto de mi terapeuta)”, comenzó en un artículo especial que escribió para Vanity Fair.
La activista de 49 años dejó entrever que su pasado continúa marcando su presente a pesar de que ha luchado por sobreponerse de su polémico romance con el expresidente de Estados Unidos. Con ayuda de su terapeuta logró comprender varias cosas que ocurrieron en la década de los noventa y gracias a ello, tiene una postura muy clara sobre lo sucedido, en especial, respecto al papel que desempeñaron los medios.
Lo que comenzó en 1998 como “el escándalo Lewinsky” o “el asunto Lewinsky” (…) experimentó una actualización de nomenclatura a medida que pasaban los años. La cultura y los medios se adaptaron ante la insistencia de muchos observadores y árbitros ofendidos, incluida esta revista [Vanity Fair], para cambiar el nombre de toda la narrativa como ‘el escándalo de Clinton’ o ‘la acusación de Clinton’ u otros eslóganes que estaban más en consonancia con el poder original. dinámica. (Sí, todavía estoy en Wikipedia … pero hay tiempo)”, agregó.
La activista también reflexionó sobre el nivel de acoso que sufrió y continúa experimentando, incluso, lo catalogó como un medio para obtener ganancias políticas. Asimismo, mencionó que desde su perspectiva la “tabloidización” de noticias está pasando por un desbalance debido a la accesibilidad de las redes sociales que “provocan un ciclo de escándalos 24/7″.
No puedes huir de tu narrativa. Quizás la idea más desafiante que tuve que llegar a aceptar fue que no hay desprendimiento ni liberación del yo que surgió a partir de 1998 (y que tomó las decisiones de comportamiento que me llevaron allí). Solo puedes tratar de integrar tu yo anterior con tanta compasión como puedas reunir.
Monica confesó que aprendió a aceptar su pasado para poder continuar con su presente y futuro. Admitió que cometió varios errores, pero considera que hacerlo es parte esencial de todo ser humano y mencionó que el poder de una palabra amable es extraordinario: “En los momentos más profundos y oscuros del alma, un simple acto de bondad humana es algo poderoso”.
Asimismo, puntualizó que es importante elegir con cuidado a los amigos: “Hace veinticinco años tuve una de las peores amigas del mundo: Linda “Judas, sostén mi cerveza” Tripp. Si bien desde entonces he dejado de lado el resentimiento y la amargura que la rodeaban y su traición, no se me escapa lo afortunado que soy de haber podido confiar en nuevas personas”.
La activista enfrentó estrés postraumático cuando se difundió su escándalo sexual. Por esa razón habría reflexionado sobre la importancia de cuidar la salud mental en cualquier edad.
“El estrés postraumático, un diagnóstico relativamente nuevo en la década de 1990, ahora afecta a alrededor del 6 % de la población adulta de EE. UU. en algún momento de la vida, o aproximadamente a 12 millones de personas por año, sin contar las legiones de menores que padecen el trastorno. Creo que ‘hacer frente al trauma moderno’ será la ‘atención plena’ de los próximos 25 años”, declaró.
Monica Lewinsky terminó su artículo reconociéndose como una sobreviviente de uno de los escándalos más fuertes de todos los tiempos: “No sé cómo decir esto más que para ser directo e insoportablemente cursi: puedes sobrevivir a lo inimaginable”.