SANTO DOMINGO, RD. – El economista Jaime Aristy Escuder advirtió que la propuesta de las centrales sindicales para aumentar en un 35% el salario mínimo provocaría alza sen la tasa de interés y, en consecuencia, afectaría la estabilidad económica y monetaria del país.
“Un incremento de esa magnitud en el salario mínimo provocaría un empuje hacia arriba de la tasa de inflación. Esto obligaría al Banco Central a aumentar más la tasa de interés para poder llegar a la meta de inflación del 4%±1% en 2023”, señala el profesional.
Recordó que a mediados del 2021 se realizó un ajuste del salario mínimo que fue sujeto de un intenso debate sobre su magnitud y que en esa ocasión, el Ministerio de Economía afirmó que el salario mínimo promedio ponderado se incrementó en 26%”.
“No obstante, destaca Aristy Escuder, durante el debate se demostró que, al tomar en consideración la reclasificación de las empresas que fue aprobada simultáneamente, el incremento correcto del salario mínimo ponderado fue de 14%, nivel compatible con la inflación acumulada en los dos años previos”.
Señala que los gremios laborales reclaman un ajuste del salario mínimo correspondiente a este año 2023, pero que de acuerdo con sus declaraciones: “Estamos reclamando y demandando un aumento salarial de un 35% para lograr ajustar un poco el problema inflacionario.”
Esto implica un menor ritmo de crecimiento económico y, en consecuencia, un incremento de la tasa de desocupación.
A su juicio una medida de esta naturaleza también implicaría la mano de obra formal y la generación de empleos.
“Si se toma en consideración que el 58% de la mano de obra ocupada se encuentra en el segmento informal del mercado laboral, un aumento excesivo del salario mínimo impactará más al empleado formal”, añade.
Recordó que en el mercado informal no se cumplen las reglas establecidas en el Código de Trabajo, como son el salario mínimo y las prestaciones laborales, ni los requisitos de la Seguridad Social, como son los aportes a los fondos de pensiones o al seguro de salud.
En consecuencia – precisa el economista -, un aumento de 35% del salario mínimo provocaría un mayor nivel de desocupación principalmente entre los perceptores de ingresos formales”.
A su juicio este incremento salarial reclamado por las principales centrales sindicales debe estar supeditado a que esa medida “permita recuperar la pérdida de poder de compra de los ingresos registrada entre junio de 2021 y junio de este año o si se desea apoyar al Banco Central en su lucha contra la inflación”.
Sostuvo que si se quiere recuperar el poder de compra perdido en los dos años previos, y asumiendo que a junio de este año la tasa inflación interanual se coloque en 6%, el ajuste del salario mínimo debe ser 16%.
En cambio, apunta, si las autoridades desean apoyar al Banco Central y evitar que se registren efectos de segunda vuelta sobre la tasa de inflación que obliguen a colocar la tasa de interés en un mayor nivel, entonces el ajuste salarial debería ser en función de la tasa inflación esperada en los próximos dos años, que podría estar en el entorno del 10%.
“Visto lo anterior, se puede concluir que el próximo aumento del salario mínimo se situará entre 10% y 16%”, sostuvo.