La franquicia de Missouri se consagró por tercera vez en su historia gracias a una patada sobre el final que inclinó el marcador a 38-35 a favor de los comandados por Patrick Mahomes
Phoenix.– El Super Bowl LVII recibió a los dos equipos más dominantes de la temporada regular de la NFL: Kansas City Chiefs frente a Philadelphia Eagles. La paridad fue un aspecto que dominó a lo largo del partido y la ventaja final se consiguió a pocos segundos del cierre del encuentro gracias a un gol de campo por parte de Harrison Butker cuando restaban ocho segundos. Los Jefes vencieron por 38 a 35 y se consagraron por tercera vez en la historia del evento más prestigioso del fútbol americano.
Desde un principio la lupa estuvo encima de Patrick Mahomes, mariscal que se llevó el premio al mejor jugador del encuentro, pero no todo fue sonrisas para la cara de la franquicia de Missouri: en el cierre del segundo cuarto recibió un fuerte tackle en el tobillo derecho y salió rengueando del campo para ser atendido por los médicos. Durante el show de entretiempo protagonizado por Rihanna, el quaterback trabajó junto a los colaboradores para regresar a la segunda mitad en el mejor estado posible.
Vale recordar que los Chiefs se fueron al descanso 10 puntos por debajo de los Eagles y trabajaron a lo largo de la segunda mitad para recortar la distancia. Mahomes se hizo cargo de la ofensiva junto al dominicano Isaiah Pacheco y a Travis Kelce para tomar la ventaja en el último tramo del partido. Sin embargo, Jalen Hurts no tiró la toalla en ningún momento y con una posesión de ocho puntos estampó el 35-35 que parecía forzar el tiempo extra por segunda vez en la historia del Super Bowl.
Patrick Mahomes sonríe con el trofeo de la NFL en sus manos (Foto: Reuters)
La frialdad de Patrick para administrar la última posesión y utilizar las armas perfectas marcaron el cierre. Jerick McKinnon sacó a relucir toda su inteligencia cuando en lugar de ingresar al ingoal de Philadelphia y anotar el touchdown, se deslizó a una yarda para que su equipo hiciera correr el reloj. Con ocho segundos restantes y cuarta oportunidad para Kansas City, Harrison Butker saltó a la cancha para ejecutar la patada que le diera el título a los Chiefs. La presión estuvo sobre el pateador, que en el encuentro estampó una de sus patadas en el palo, pero en este caso no falló y todo fue alegría para el conjunto rojo.
Los Jefes se coronaron por tercera vez en su historia del Super Bowl luego de las consagraciones en 2019 y 1969. Además, se suman a los tres campeonatos de la AFL que guardan en su vitrina de 1962, 1966 y 1969.