En 2019 se registraron más de 97.000 suicidios en el continente, señala la agencia regional de salud, especificando que el 79% de las personas que se suicidan son hombres, aunque se ha registrado un incremento entre las mujeres. Un nuevo estudio destaca la importancia de entender los factores que rodean a los suicidios según el sexo para elaborar estrategias preventivas adecuadas.
Pese a que la tasa mundial de mortalidad por suicidio ha disminuido, en el continente americano ha aumentado a partir del 2000, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que instó mejorar la prevención por medio de un mejor entendimiento de los factores que rodean a la población que recurre a quitarse la vida.
Frente a esta tendencia, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y sus socios publicaron este jueves en la revista médica The Lancet un nuevo estudio destacando la importancia de tener en cuenta los determinantes sociales del suicidio de acuerdo con el sexo de las personas para poder desarrollar planes de reducción del riesgo y estrategias preventivas adecuadas.
El análisis señala que en el periodo 2000-2019 el homicidio y el consumo de alcohol y otras sustancias fueron elementos asociados con el suicido entre los hombres, mientras que en el caso de las mujeres resaltó la desigualdad educativa como el principal factor. El desempleo fue otra variable asociada con el aumento de suicidios en ambos sexos.
El doctor Renato Oliveira e Souza, jefe de Salud Mental y Uso de Sustancias de la OPS, explicó que para prevenir el suicidio se debe ir más allá de limitar el acceso a los métodos para cometerlo, de fortalecer las habilidades socioemocionales y de mejorar el acceso a la atención de salud mental.
“También debemos abordar los factores contextuales que afectan de forma diferente a hombres y mujeres, lo que requiere un enfoque de toda la sociedad”, abundó Oliveira e Souza, uno de los autores del estudio.
Para la OPS, un incremento de las oportunidades de empleo y un mejor del acceso y la capacidad de los servicios de salud, incluidos los relacionados con el consumo de sustancias, podría reducir las tasas de mortalidad por suicidio. “Potenciar las conexiones sociales en las zonas rurales y poco pobladas es también una estrategia recomendada de prevención del suicidio”, señala la publicación.
El informe detalla que el 79% de los suicidios en América ocurre entre hombres, pero aclara que el suicidio entre las mujeres también ha aumentado. En 2019 se registraron más de 97.000 suicidios en el continente.
El estudio revela, además, que la tasa promedio de suicidio entre los hombres de la región disminuyó a medida que creció el gasto en salud per cápita, mientras que la de las mujeres se redujo en consonancia con el aumento del número de médicos por cada 10.000 habitantes. Las cifras también evidenciaron la urgencia de apoyar a las personas que habitan en zonas rurales aisladas.
La OPS precisó que la tasa de mortalidad por suicidio varió considerablemente según la subregión, con América del Norte a la cabeza (14,1 suicidios por 100.000 habitantes) y la región Andina con la tasa más baja (3,9 suicidios por 100.000 habitantes). La agencia sanitaria atribuye la disparidad a las diferencias socioculturales entre las sociedades.
Con respecto a los países, el estudio refirió diferencias que oscilan entre 0,3 suicidios por 100.000 habitantes, en Barbados, hasta 65 suicidios por 100.000 habitantes en Guyana.
En este sentido, la doctora Shannon Lange, científica del Instituto de Investigación en Políticas de Salud Mental de Canadá y autora principal del análisis, dijo que en vista de que las expectativas culturales en torno al género determinan en gran medida la diferencia en los suicidios por sexo, los programas de prevención deben incluir medidas multisectoriales de salud y bienestar social.
La OPS ofrece a los países de la región cooperación técnica para la prevención del suicidio mediante intervenciones eficaces y una respuestas nacionales integrales.