Un equipo liderado por científicos del Centro Nacional de Investigaciones de Francia analizó datos genéticos que eran desconocidos. Por qué esta especie habría estado a la venta en el mercado de Wuhan en China
Suiza.– El origen de la pandemia de COVID-19 aún está en debate. Ahora, una científica de Francia y colegas encontraron datos genéticos que eran desconocidos. Contribuyen a respaldar la hipótesis de que animales infectados por el coronavirus habrían desencadenado la pandemia.
El análisis sugirió que algunas muestras que se dieron positivas para el coronavirus recogidas en el Mercado de mariscos de la ciudad de Wuhan, China, contenían ADN o ARN de perros mapache. Se trata de un animal pequeño y corpulento que es originario de Asia y parecido al zorro.
La investigación es liderada por Florence Débarre, quien halló datos genéticos no divulgados anteriormente. La semana pasada, la experta resaltó que su estudio aún no ha terminado.
Los investigadores presentaron los hallazgos la semana pasada al Grupo Asesor Científico sobre el Origen de Nuevos Patógenos (SAGO), un grupo de expertos convocado el año pasado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Débarre se especializa en biología evolutiva y trabaja en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS) de Francia. Desenterró los datos que consisten en secuencias genéticas publicadas en GISAID, una base de datos de virología, que habían sido cargadas por investigadores chinos.
El equipo chino había recogido muestras ambientales del mercado mayorista de mariscos. A pesar de su nombre, el mercado también vendía diversos mamíferos como alimento.
Ahora los perros mapache están en la mira. Se los llama así porque tiene marcas en su caras que lo hacen parecidos a los mapaches. Estos últimos, en cambio, son originarios de América. Ahora la población de perros mapache está muy extendida en algunos países europeos, tras haber sido liberados accidentalmente o haberse escapado.
Son omnívoros y se alimentan de forma natural de insectos, roedores, anfibios, aves, peces, moluscos y carroña, así como de frutas, frutos secos y bayas.
La Sociedad Real para la Prevención de la Crueldad contra los Animales, que es una organización de caridad que promueve el bienestar de los animales y tiene sede en el Reino Unido, ya había advertido que un perro mapache no es adecuado como mascota, ya que sus necesidades simplemente no pueden satisfacerse en un hogar típico.
“Desaconsejamos encarecidamente la compra o tenencia de uno como mascota”, señaló la organización. En el Reino Unido existen estrictas restricciones legales sobre la tenencia, venta, realojamiento y cría de perros mapache, porque son una amenaza para la fauna autóctona.
También los perros mapaches son muy olorosos porque utilizan el olfato para comunicarse entre ellos. “Lo que no es la mejor cualidad para un animal doméstico”, según la organización.
La especie ha sido criada por su pelaje. China es productor líder de pieles de perros mapache. En 2014, el país produjo más de 14 millones de pieles, 100 veces más que Europa.
También se venden por su carne en mercados de animales vivos. Se vendieron en el Mercado Mayorista de Mariscos de Huanan al menos hasta noviembre de 2019, según informes de algunos investigadores.
Por el momento, la hipótesis de que los perros mapaches podrían haber sido animales que transmitieron el coronavirus a los seres humanos no está corroborada. Lo que sí existen son experimentos de laboratorio que han demostrado que los perros mapache son susceptibles y capaces de transmitir el coronavirus. Sin embargo, eso no significa que sean el reservorio natural del virus.
Incluso si los perros mapache en el mercado de Wuhan estuvieran infectados (hay también pruebas fotográficas de años anteriores a 2020), podrían haber sido un huésped intermediario: se podrían haber contagiado el virus a partir de murciélagos u otras especies.
Los perros mapache y los murciélagos eran comunes en (y alrededor de) algunas de las granjas que abastecían el mercado, han señalado científicos.
Es posible que se haya desarrollado un escenario similar hace dos décadas con la emergencia del SARS. En 2003, los científicos encontraron evidencia de civetas de las palmeras y perros mapache infectados en un mercado de animales vivos en Shenzen, China.
Sin embargo, la investigación posterior señaló al final a los murciélagos como el reservorio natural del virus que causa el virus. En esa oportunidad, los perros mapache, al parecer, fueron huéspedes intermediarios.
Los resultados sugieren que los animales, como los perros mapaches, estuvieron presentes en el mercado poco antes de que éste fuera desalojado el 1 de enero de 2020, como parte de las medidas de salud pública adoptadas por las autoridades chinas. Estos resultados proporcionan pistas potenciales para identificar huéspedes intermediarios del SARS-CoV-2 y fuentes potenciales de infecciones humanas en el mercado.Para Jonathan Stoye, virólogo y jefe de grupo en el Instituto Francis Crick de Londres, el hallazgo relacionado con los perros mapaches aún no termina con el debate del origen del COVID-19/Archivo
El doctor Jonathan Stoye, virólogo y jefe de grupo en el Instituto Francis Crick de Londres, declaró: “El hallazgo de perros mapache infectados por Sars-CoV-2 refuerza la plausibilidad de que los animales de granja infectados por coronavirus fueran un eslabón importante en la serie de acontecimientos que condujeron a la pandemia de Covid-19″.
Pero comentó también: “Sin embargo, no refuta las teorías de fuga de laboratorio: eso requeriría la demostración de que tales animales fueron infectados antes de su llegada y exhibición en el mercado de marisco de Huanan, algo que quizá nunca sea posible”.