La presentadora entiende que los medios digitales se han convertido en una vía "para que todo el que tiene odio en su corazón, mala onda y desacuerdo con otros, destile todo lo que tiene en su ser".
Santo Domingo, RD– Lizbeth Santos siempre habla fuerte y claro, y esta vez, ella no se quedó callada antes de salir del país. La comunicadora y actriz explotó en su Instagram, donde más tarde también publicó un video llegando a su destino, ante el mar de noticias que ha generado el consejo de Tania Báez sobre no vincularse a gente inferior.
Santos entiende que los medios digitales se han convertido en una vía “para que todo el que tiene odio en su corazón, mala onda y desacuerdo con otros, destile todo lo que tiene en su ser, a veces en su alma podrida, todo su desacuerdo y todas sus muy regularmente equivocas conclusiones de lo que cree que sabe de alguien”.
Asimismo, la intérprete de Crystal en la película “Pimp Bullies” instó a dejar la bola correr y no estar hablando “públicamente de lo que se desconoce” y más cuando es “dándole con el cubo en la cabeza a alguien solo porque no esté de acuerdo con su opinión”.
Cada quien tiene derecho a pensar y a actuar como le dé la gana mientras no le haga daño a nadie, y bajo esa forma de pensar o actuar esa persona vive y aconseja, usted debe ser capaz de discernir y dejar pasar lo que le gusta, en lo que está de acuerdo o lo que no. ¿O si alguien le da un consejo, es obligado que lo debes seguir al pie de la letra?”, continuó Santos.
La presentadora de televisión también dijo estar “jarta” de escuchar lo mismo desde que su colega difundió el video de sus declaraciones el pasado lunes y aseguró que “encuentran una ubre y todos se pegan de ella”, acción que condenó por haber “tantos problemas” en el país, además señaló que los chismes son una forma más eficaz que las buenas acciones para que los talentos y figuras se mantengan relevante y en el foco de todos, refiriéndose a lo que ha pasado durante esta semana en comparación a lo que ella misma hace frecuentemente, de ayudar a comunidades pobres de su natal San Francisco de Macorís, la niña francomacorisana que apadrinó desde el 2017 cuando el huracán María azotó gran parte de la isla y la casa que le reconstruyó a Don Fernando, quien fue uno de los damnificados por el ciclón.
“Gente del medio, no se preocupen por hacer un buen trabajo, por ser profesionales, por ser responsables, por salvarle la vida a alguien, por donar un riñón, preocúpese por chismes para que vea que permanecerá relevante por siempre”, finalizó.
