¿Que se estará cocinando entre Estados Unidos y Canadá con respecto a la situación de Haití?

SANTO DOMINGO, RD.- El presidente norteamericano Joe Biden concluyó hace poco más de una semana su primera visita oficial a Canadá. Más adelante el primer ministro canadiense Justin Trudeau dialogo, vía contacto telefónico, con el presidente Luis Abinader para tratar, sobre todo la cada vez más complicada situación haitiana.

Es obvio que esa iniciativa constituye una muestra clara del joven gobernante canadiense en recabar el parecer del gobierno dominicano sobre las alternativas que se ponderan para tratar de revertir el caos y la delincuencia en el convulsionado país caribeño.

El presidente Abinader no ha desperdiciado espacios en los escenarios nacionales e internacionales donde ha acudido para advertir sobre el caso haitiano y su repercusión ya no solo en Republica Dominicana, sino en la propia comunidad internacional.

Sus planteamientos han calado de tal magnitud que hasta la comunidad Iberoamericana se intereso por el problema haitiano y hasta dijo una posición.

Ese espaldarazo tiene mucho valor porque viene de un conglomerado de 22 países de América Latina y la península Ibérica, conformada por España y Portugal.

Pero además, todas las naciones latinoamericanas de esa comunidad conforman también el hemisferio occidental, en el que precisamente Estados Unidos y Canadá lo completan y han establecido un importante foro desde 1994, llamado “Cumbre de las Américas”, cuya próxima reunión prevista para el 2025 será en la Republica Dominicana.

En distintas oportunidades y escenarios, la Republica Dominicana ha insistido de manera recurrente en su propuesta sobre el envío de una fuerza militar multinacional a territorio haitiano como “el único camino viable” para ayudar a ese país a salir de la crisis político-social y restaurar su seguridad.

La conversación telefónica entre Abinader y Trudeau coincidió también con la decisión del mandatario dominicano de suspender una programada visita oficial a Japón y Corea y en su lugar delego esa misión a la vicepresidente Raquel Peña.

Sobre el tema haitiano, el cauteloso secretario general de la ONU, António Guterres, propuso el envío a Haití de una “fuerza de acción rápida” compuesta por militares de uno o varios países para ayudar al Gobierno a recuperar el control de Puerto Príncipe de las bandas armadas que actualmente dominan partes de la capital y desbloquear el suministro de combustible y otros productos básicos.

Guterres sugiere que la operación no se desarrolle bajo el paraguas de Naciones Unidas, sino que esté liderada por un Estado miembro que la ejecutaría en solitario o con el apoyo de otras naciones.