EL VATICANO, ROMA. -El Papa Francisco, en una enérgica advertencia a los obispos, señalo que los abusos sexuales de menores por parte del clero y la mala gestión de los lideres eclesiásticos “ha sido uno de los mayores desafíos para la Iglesia en nuestro tiempo”.
El Santo Padre convocó a la Pontificia Comisión para la Protección a quienes les propuso un solemne compromiso de reparación, al abordar las múltiples facetas de esta terrible plaga en la Iglesia.
“Deben continuar los esfuerzos para mejorar las directrices y las normas de comportamiento del clero y de los religiosos. Espero recibir información sobre este esfuerzo y un informe anual sobre lo que, en su opinión, funciona bien y lo que no, para que puedan introducirse los cambios oportunos”, fue el pedido del Papa Francisco a los miembros de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores, a quienes recibió en audiencia la mañana de este viernes, 5 de mayo, en el Vaticano.
Al inicio de su discurso, el Santo Padre saludó a los participantes en la segunda Asamblea Plenaria de Tutela Minorum, especialmente a los nuevos miembros de la Comisión, a los que continúan su servicio y al grupo de colaboradores de todo el mundo. En este primer encuentro desde que fueron instituidos en el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el Pontífice les ofreció algunas indicaciones.
“Vemos que las semillas sembradas hace unos diez años, cuando el Consejo de Cardenales recomendó la creación de este organismo, están creciendo. Por eso, precisamente para afrontar los desafíos actuales con sabiduría y valentía, es importante detenerse un momento y reflexionar sobre el pasado. En los últimos diez años todos hemos aprendido mucho, ¡yo incluido!”.
Al señalar que, el abuso sexual de menores por parte del clero y su mala gestión por parte de los líderes eclesiásticos ha sido uno de los mayores desafíos para la Iglesia en nuestro tiempo, el Papa Francisco indicó que, los abusos junto a las guerras, el hambre y la indiferencia ante el sufrimiento ajeno son realidades terribles de nuestro mundo que claman al Cielo.
“Sin embargo, la crisis de los abusos sexuales es particularmente grave para la Iglesia, porque mina su capacidad de acoger y testimoniar plenamente la presencia liberadora de Dios. La incapacidad de actuar adecuadamente para detener este mal y acudir en ayuda de sus víctimas ha desfigurado nuestro mismo testimonio del amor de Dios. En el Confiteor pedimos perdón no sólo por el mal que hemos hecho, sino también por el bien que no hemos hecho. Puede ser fácil olvidar los pecados de omisión, porque en cierto modo parecen menos reales; pero son muy reales y hacen tanto daño a la comunidad como los demás, si no más”.
En este sentido, el Obispo de Roma recuerda que, no haber hecho lo que correspondía para afrontar los abusos, especialmente por parte de los líderes eclesiásticos, ha escandalizado a muchos, y en los últimos años la conciencia de este problema se ha extendido por toda la comunidad cristiana. Pero, al mismo tiempo, el Papa señala que no hemos permanecido callados o inactivos.
“Recientemente he confirmado el Motu Proprio Vos estis lux mundi (VELM), que ahora es una norma permanente. En él, en particular, pedimos que se prevean lugares de acogida de las acusaciones y de atención a los que dicen haber sido perjudicados (cf. art. 2). No cabe duda de que se pueden introducir mejoras a partir de la experiencia, con las Conferencias Episcopales y los Obispos a título individual, esto siempre es importante”.
Asimismo, el Papa Francisco recuerda que, hoy en día, nadie puede decir honestamente que no está afectado por la realidad de los abusos sexuales en la Iglesia. Por ello, propone a los miembros …