Santo Domingo RD .- Este miércoles 10 de mayo se cumplen 25 años de la partida física del político y abogado José Francisco Peña Gómez. Tanto los partidos Revolucionario Dominicano (PRD) y Revolucionario Moderno (PRM) realizarán varias actividades para honrar su memoria.
Conocido como el líder de masas y por ser una de las figuras más prominentes de la política dominicana del siglo XX, Peña Gómez fue discípulo de Juan Bosch y secretario general del Partido Revolucionario Dominicano, alcalde de Santo Domingo (1982-1986) y candidato tres veces a la Presidencia de la República Dominicana (1990, 1994 y 1996).
José Francisco Peña Gómez nació el 6 de marzo de 1937, en Santa Cruz de Mao.
Recién nacido, el ilustre Peña Gómez fue adoptado por una pareja de esposos de tez blanca que le inculcaron valores, la fe cristiana y le enseñaron a tener un celo especial por el estudio y el trabajo. Estos fueron Regino Peña y Fermina Gómez.
Peña Gómez tenía diversas facetas, era cantor, poeta, lector voraz y políglota. Esas virtudes en un hombre de color “una cosa en esos tiempos, pero con la chispa política por dentro, asumió una línea antitrujillista, y bien llegó la comisión del PRD al país se presentó frente a don Ángel Miolán, quien a vuelo de águila, reconoció en él dotes especiales, asignándole de inmediato responsabilidades que lo llevó a ser el presentador del primer mitin que hizo el PRD en el país”,
“con su brillante oratoria, convenció a los que lo vieron, que una nueva estrella acababa de nacer, así se le hizo saber de inmediato al profesor Juan Bosch, líder en el exilio de los blancos, quien desde que pisó tierra dominicana colocó a su lado a Peña Gómez, asumiéndolo como su principal discípulo”.
Cuando el profesor Juan Bosch renunció del PRD, Peña Gómez asume el liderazgo de ese partido en 1973 y le hizo frente al Gobierno del extinto Joaquín Balaguer.
“Solo la bravura de mi padre y de sus inseparables amigos en el PRD le plantaron cara al doctor Balaguer y reconstruyeron el partido hasta hacerlo opción de poder en el 1978, para llevar en hombros al Palacio Nacional a don Antonio Guzmán”.
La política para Peña Gómez
Aun con sus ansias de destacarse en la política, Peña Gómez se opuso varias veces a ostentar un cargo sin la voluntad popular.
“El joven y fogoso líder como se le llamaba a papá, no amaba el poder, su pasión y amor era la política, y solo era celoso con su imagen y liderazgo, era de la escuela europea, donde las verdaderas cabezas eran los líderes, y los cargos de los gobiernos eran efímeros o temporales, les puedo decir con sinceridad que mi padre temía que el poder desnaturalizaría su criterio, el apoyo y la confianza popular que nunca defraudaría, es por eso que no aceptó el poder impuesto ante el fraude colosal del 1994, ante el apoyo resuelto de los norteamericanos, donde nos expresó a varios de sus más cercanos colaboradores, 'que él no era Endara, refiriéndose al expresidente de Panamá', que fue juramentado en una base militar de los Estados Unidos, por razones similares, pero más de corte histórico, se negó al acuerdo del 2 y 2 con el doctor Balaguer, simple, papá, pese a la oposición de muchos, que queríamos que fuera Presidente por encima de todo, cosa a la que se negó por su alto sentido histórico, porque entendió que no podía terminar su carrera en un antihistórico pacto de poder con el doctor Balaguer, razones de sobra tenía para ello”.
Aportes de Peña Gómez
A 25 años de su ida al mundo a causa de un cáncer de páncreas, Peña Gómez es recordado y admirado, dice Peña Guaba, más que muchos presidentes que hoy son de triste recuerdo.
Peña Gómez murió el 10 de mayo de 1998 en su residencia de Cambita Garabito, San Cristóbal, seis días antes de las elecciones congresuales y municipales donde se postulaba como síndico de Santo Domingo por segunda ocasión.
Su deceso provocó una conmoción generalizada en el país. Su velatorio y sepelio fue el más concurrido en la historia política reciente. A raíz de su muerte, el Gobierno dominicano decretó tres días de duelo nacional en reconocimiento a sus méritos personales y aportes a la democracia", sus restos fueron expuestos en el Estadio Olímpico.
En su faceta de escritor se le atribuye al extinto Peña Gómez la autoría de estas obras: