Es difícil poder cualificar el llamado liderazgo comunitario o de las provincias. Todos los líderes barriales, comunitarios o rurales, están atados al cordón de los caudillos de la Capital. De ahi que para las elecciones municipales es poco lo que hay que rebuscar en lideres locales.
Son muchos los factores que evitan que se desarrolle una fuerte línea de mando político en los municipios. La movilidad hacia el Gran Santo Domingo o Santiago, podría ser uno de los elementos generadores del problema.
Desde que un aspirante a diputado gana la curul, automáticamente se muda a la Capital y olvida su trabajo en el frente interno. Los síndicos, en muchas ocasiones se empantanan entre la ayuda y las facilidades del gobierno central y las órdenes de su partido.
Es demasiado el arrastre que en la vida política tienen los caudillos de los grandes partidos. Nadie se mueve sin que lo apunte el dedo. Las convenciones no pasan de ser un amago, porque no importa la popularidad, sino las cuotas que se entregan a las tendencias.
Un partido político es un frente de masas, pero también una organización constituida por las fuerzas emergentes de los barrios y la zona rural. Para conservar un fuerte liderazgo en las alturas, hay que trabajar desde las amas de casa a los clubes culturales.
El clientelismo partidista también atenta contra el desarrolla del liderazgo local. Nadie quiere trabajar en solitario, levantando un proyecto, sino que busca acercarse a los principales caudillos. Una buena opción para conseguir cargos, pero mala para levantar dirigentes medios.
Pero en el liderazgo local todo no está perdido. Hay profesionales, mujeres y hombres de trabajo y comunitarios que han desarrollado su actividad en su pueblo, y nunca han planteado salir de allí. Saben que ese es su feudo personal, y es el único músculo que tienen para exhibir.
La política es un juego de circunstancias, oportunidades y situaciones especiales, pero para estar al filo de la navaja y aprovechar la oportunidad, hay que tener liderazgo, comenzando con el local, el pueblerino, el barrial…. !Ay!, se me acabó la tinta.