Como cada año en el mes de julio se suspenden las audiencias públicas y la agenda oficial del Pontífice con la excepción del ángelus de los domingos
Con la llegada del mes de julio, el papa Francisco rebaja el ritmo de sus compromisos y apariciones públicas para poder descansar.
Algo que se hace necesario tras haber retomado su agenda habitual después de haberse sometido a una intervención en el Policlínico Gemelli. En el caso de Bergoglio, para este tiempo de asueto utiliza una curiosa fórmula de vacaciones que no contempla ningún tipo de viaje y en las que el pontífice permanecerá en la Casa Santa Marta, como lo ha hecho cada verano durante su pontificado.
Esta costumbre de pasar este tiempo en casa con la agenda vacía es una costumbre que Bergoglio mantiene desde 1975cuando pasó por última vez unos días de descanso en una comunidad de jesuitas. Mientras la villa papal de Castel Gandolfo tiene abiertas sus puertas a los turistas, el Papa no suele acercarse al famoso palacio de la zona de los Castelli Romani y prefiere pasar su jornada en Roma durmiendo más, leyendo, escuchando música y rezando un poco más.
En cuanto pase el mes de julio, al pontífice le esperan dos viajes internacionales en agosto: la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa y la visita a Mongolia con motivo del 50 aniversario de la llegada de los primeros misioneros al país asiático. En julio siempre se suspenden las catequesis semanales de los miércoles y solo se mantiene la oración mariana del “Ángelus” los domingos, que ya cuentan con público en la plaza.