La organización calcula que uno de cada tres niños vive en países que se enfrentan a temperaturas extremadamente altas en esta época del año y aproximadamente uno de cada cuatro está expuesto a una alta frecuencia de olas de calor. Además de empeorar las condiciones de salud, los más pequeños corren el riesgo de estar menos protegidos en lo que respecta a su seguridad, educación y futuros medios de subsistencia
Hay 559 millones de niños expuestos a una alta frecuencia de olas de calor, una situación que se crea cuando se produce una media de 4,5 o más picos de altas temperaturas al año. Así lo afirma UNICEF, la organización que contribuye cada día a la supervivencia, la protección y el desarrollo del potencial de los niños, especialmente de los más vulnerables. UNICEF estima que para 2050, los 2.020 millones de niños de todo el mundo sufrirán la alta frecuencia de las olas de calor. Esto, reza un comunicado del organismo de la ONU, ocurrirá "independientemente de si el mundo alcanza un 'escenario con bajos niveles de gases de efecto invernadero', con un calentamiento estimado de 1,7 grados en 2050, o un 'escenario con altos niveles de gases de efecto invernadero', con un calentamiento estimado de 2,4 grados en 2050″.
En todo el mundo, 538 millones de niños se ven afectados negativamente por la duración de las olas de calor, es decir, cualquier periodo de 3 o más días en el que la temperatura máxima diaria supere en un 10% la media local de 15 días. La organización prevé que estas cifras aumenten: en 2050, 1.600 millones de niños estarán en situación de riesgo. Los más afectados por este aumento de las temperaturas serán los niños de las regiones septentrionales del mundo, incluida Europa.
UNICEF también predice que, para 2050, casi la mitad de los niños de África y Asia correrán la misma suerte. Los daños causados a los niños por las olas de calor son innumerables debido a su escasa capacidad para regular su temperatura corporal en comparación con los adultos. "Cuanto más expuestos estén los niños a las olas de calor, mayores serán sus probabilidades de sufrir consecuencias para la salud, como enfermedades respiratorias crónicas, asma y enfermedades cardiovasculares", señala el comunicado. Por último, la organización señala que las olas de calor también pueden tener un impacto negativo en el entorno en el que viven los niños, poniendo en peligro su seguridad, nutrición, acceso al agua, educación y futuros medios de subsistencia.