Madrid (EFE).- La suerte está echada. Se acabó. Dos semanas después la campaña toca a su fin. Quince días que terminan casi, casi, como empezaron. Con las mentiras cruzadas, los peajes de quita y pon, las fotos incómodas del pasado, la ley del sí es sí, o el abuso del Falcon, como arietes electorales.
Los socialistas, con Pedro Sánchez a la cabeza, partían mermados de fuerzas tras la debacle vivida en mayo en las autonómicas y municipales, pero ahora, al menos en público, confían en la “remontada”.
En Ferraz dicen que han ido “de menos a más” mientras que el propio Pedro Sánchez ha avisado de que “hasta el rabo todo es toro”.
Su “quiniela” es que el PSOE sea primera fuerza y Sumar, tercera, lo que permitirá “otros cuatro años de gobierno de coalición progresista”.
Por contra, el PP de Alberto Núñez Feijóo acudía a las urnas con la inercia de su victoria de mayo y el viento a favor en las encuestas.
Con algunos altibajos, todos los sondeos han mantenido esa tendencia. El PP ganaría con claridad aunque todo indica que necesitará de algún tipo de colaboración de Vox para conseguir investir a Feijóo.
Eso, siempre y cuando el PSOE no facilite su investidura con una abstención, cosa harto improbable, al menos con los actuales protagonistas.
Evitando riesgos, Feijóo planteó una campaña conservadora, con un solo debate cara a cara con Sánchez del que salió reforzado según los analistas.
Sin embargo, al candidato del PP le han vuelto a perseguir esas fotos de los años 90 con Marcial Dorado, de las que ha tenido que responder día sí, y día también.
Este viernes, el candidato del PP se veía obligado a volver a dar explicaciones por su relación con Dorado y lo ha hecho levantando de nuevo polémica.
Feijóo confesaba que cuando lo conoció, Dorado “había sido contrabandista, nunca narcotraficante” y que “jamás, nunca” ha tenido “nada que ver con la actividad final de este señor”.
Una relación que Sánchez ve “inquietante” mientras no haya una respuesta “clara” por parte de Feijóo, en tanto que para su ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha quedado demostrado que el líder del PP conocía las actividades ilícitas de Dorado puesto que ha reconocido que sabía que había sido contrabandista.
Hasta el líder de ERC, Oriol Junqueras, sin demasiado protagonismo en la campaña, ha terciado esta vez en la polémica y ha considerado que el hecho de que Feijóo intente excusarse distinguiendo entre narcotraficante o contrabandista “da una buena idea de su nivel ético y moral”.
Feijóo se lo sacó en el debate a Sánchez, pero no hubo respuesta. Días después, el director general de Tráfico, Pere Navarro, avisaba de que habría que pagar peajes en las autovías en 2024 por un acuerdo con Bruselas. Horas después era desacreditado en tromba por el Gobierno que negaba de forma tajante que se fuera a imponer un pago por el uso de las carreteras del Estado.
Pese a ese desmentido, días después era la propia Comisión Europea la que recordaba que el plan de recuperación, tal y como fue propuesto por España y aprobado por la comisión, “incluye el compromiso de adoptar una ley de movilidad sostenible y financiación del transporte para diciembre de 2023”.
Sánchez, sin embargo, ha reiterado este mismo viernes que no habrá que pagar peaje por el uso de las autovías pese a la insistencia de Bruselas de que el plan de recuperación propuesto por España incluía un compromiso al respecto.
El presidente ha reconocido que ese plan incorporaba esa posibilidad, pero ha precisado que se ha retirado en la adenda que se está renegociando con la Comisión Europea.
Aclaraciones que no se cree Feijóo, que ha afirmado que personalmente no sabría donde meterse si la UE le hubiera desautorizado con los peajes como, denuncia, le ha pasado a Sánchez.
Todo hace indicar que solo hay dos candidatos, Sánchez y Feijóo, que pueden ser investidos, pero hay otras dos candidaturas que casi con total seguridad tendrán la llave de la Moncloa. Sumar a la izquierda, y Vox a la derecha.
Tras un comienzo de campaña algo flojo por el duro acuerdo con Podemos para conformar la candidatura, la líder de Sumar, Yolanda Díaz, ha reconocido que en la última semana de campaña electoral, en la que no se pueden publicar encuestas, “cambió todo” y ahora la izquierda puede ganar.
“Cambió todo esta semana, lo digo de corazón, podemos ganar, no soy una gran entusiasta, os lo digo con datos… Es verdad, tengo datos”, ha enfatizado Díaz, que cree que ese vuelco se debe a “todo el desastre de Feijóo” en los últimos días de campaña.
Vox, por su lado, alerta del peligro del voto útil que reclama el PP y ha pedido a sus votantes que confíen en su candidatura como única vía segura de desalojar al “sanchismo” de la Moncloa.
A falta de conocer los datos definitivos, las elecciones del 23J serán las de mayor participación del voto por correo de la democracia.
Nunca se habían celebrado unas elecciones generales en pleno verano, con muchos ciudadanos fuera de casa por vacaciones, lo que ha disparado las peticiones hasta los 2,62 millones de electores.
Aunque faltan por contabilizar los votantes rezagados, sí se sabe que al menos el 94 por ciento de los solicitantes han depositado su voto en las oficinas de Correos.
Si bien la ley establece que quien ha solicitado el voto postal pero luego no lo ha entregado, ya no podrá votar en su colegio, el candidato de Vox, Santiago Abascal, ha propuesto que se suprima esa disposición.
“El derecho político más importante que tenemos los ciudadanos es el derecho al sufragio activo, es el derecho a votar. Creo que habría que tomar decisiones excepcionales”, ha alertado.