Santo Domingo, RD.- Entrado el octavo mes del año, la inseguridad ciudadana, la inmigración masiva de haitianos y el alto costo de la vida siguen siendo los temas que más preocupan a la mayoría de dominicanos, aunque hay otros males como calidad de la educación y baja inversión en salud que también afectan a la población.
La inseguridad ha sido uno de los temas más debatidos en los últimos años, debido a la falta de control estatal, lo que ha dado surgimiento a pandillas que hoy controlan barrios de las principales ciudades.
Esas pandillas se dedican a la venta de drogas y han servido para que el país registre un incremento sin precedente de la violencia.
El Gobierno ha anunciado varios programas para tratar de frenar la ola de atracos y robos que ocurren a diario en la capital, la provincia Santo Domingo, Santiago de los Caballeros y San Francisco de Macorís.
Otro problema que preocupa a los dominicanos es la desbordante inmigración de haitianos hacia la República Dominicana, un fenómeno amparado en la presión de organismos internacionales sobre las autoridades locales.
«Los barrios y comunidades rurales han sido ocupados por haitianos, la mayoría de ellos ilegales, pero las autoridades no pueden hacer nada porque las potencias como Estados Unidos y Francia se lo impiden», afirmó el comerciante Geraldo Domínguez.
Asimismo, el alto costo de la vida es otro problema que les quita el sueño a gran parte de la población, debido al descontrol en la venta de productos básicos.
Muchas amas de casa se quejan porque, según afirman, el Gobierno no hace nada para evitar la especulación en la comercialización de productos que integran la llamada «canasta familiar».
«Los precios de la comida suben cada día, vemos que hasta la yuca ha aumentado y se vende hasta 40 pesos la libra», dijo una mujer mientras observaba productos agrícolas en un puesto de ventas.
Pero no solo estos males agobian a la población. El país no cuenta con un sistema educativo eficiente, por lo que figura entre los peores en el continente en ese renglón.
En cuanto a la salud, tampoco cuenta con un sistema que garantice que los ciudadanos reciban una buena atención cuando acudan a un centro sanitario.