Hawai.-Un voraz incendio que arrasó esta semana con una pintoresca localidad en la isla hawaiana de Maui ha cobrado al menos 89 vidas, informaron las autoridades este sábado, convirtiéndolo en el incendio forestal con mayor número de muertes en Estados Unidos en los últimos 100 años.
La cifra recién dada a conocer rebasó el saldo de un incendio de 2018 en el norte de California, que dejó 85 muertos y destruyó el poblado de Paradise. Un siglo atrás, en 1918, un incendio arrasó con varias comunidades rurales del norte de este mismo estado con un saldo de cientos de muertes y miles de hogares destruidos.
Al menos dos incendios más continúan ardiendo en Maui, los cuales no han dejado muertos reportados hasta el momento: en la zona de Kihei, en el sur de la isla, y en las comunidades montañosas conocidas como Upcountry. Otra conflagración estalló la noche del viernes en Kaanapali, una comunidad costera del oeste de Maui al norte de Lahaina, pero los bomberos lograron extinguirla.
El nuevo número de muertes se produce en momentos en que trabajadores de emergencia federales con hachas y perros entrenados en la detección de restos humanos avanzaban por las ruinas de la localidad, marcando con una X color naranja en caso de una búsqueda inicial y con las letras HR en caso de haber encontrado restos humanos.
Los perros olfatearon los escombros y sus ladridos ocasionales — con los que alertan de un posible cadáver — retumbaban en el paisaje gris.
El infierno que arrasó a Lahaina, una localidad de varios siglos de existencia ubicada en la costa oeste de Maui cuatro día atrás, destruyó viviendas y convirtió un paisaje tropical en un gris cenizo. El gobernador del estado pronosticó que se encontrarán más cuerpos.
“Va a aumentar”, declaró el gobernador Josh Green mientras recorrían la devastación en la histórica Calle Front. “Sin duda será el peor desastre natural que haya enfrentado Hawai. No queda más que esperar y brindar apoyo a quienes sobrevivieron. Nuestra prioridad ahora es reunir a las personas cuando podamos y darles techo y atención médica, y luego dedicarnos a la reconstrucción.
Quienes lograron escapar expresaron su agradecimiento de estar con vida mientras lamentaban la muerte de quienes no tuvieron tanta fortuna.
El capitán jubilado de bomberos Geoff Bogar y su amigo durante 35 años, Franklin Trejos, se habían quedado inicialmente para ayudar a otros en Lahaina y salvar la casa de Bogar. Pero a medida que las llamas se acercaban, ambos sabían que había llegado la hora de irse. Cada uno se dirigió a su propio vehículo.
Como el auto de Bogar no arrancó, rompió la ventana para salir del vehículo, avanzó arrastrándose por el suelo hasta que la policía lo encontró y lo llevó a un hospital.
Trejos no tuvo la misma suerte. Cuando Bogar regresó al día siguiente, encontró los huesos del hombre de 68 años, en el asiento trasero de su vehículo, encima de los restos de su querida mascota, Sam, un golden retriever de 3 años, al que había intentado proteger.
Trejos, oriundo de Costa Rica, había vivido durante años con Bogar y su esposa, Shannon Weber-Bogar, a la que asistía cuando le daban convulsiones. Trejos llenó sus vidas con amor y risas.