Santo Domingo Norte, RD.- La emergencia del Hospital Hugo Mendoza en Santo Domingo Norte sigue abarrotada de niños con sus padres en búsqueda de atenciones por tres principales razones: vómitos, diarrea y fiebre, en medio de una epidemia por dengue que, hasta el momento, ha acumulado más de 7,280 casos sospechosos en lo que va de año y 1,093 solo en la última semana.
En los últimos días, este centro sanitario ha manejado una ocupación promedio que va entre los 60 y 80 internamientos por sospecha de dengue. Al momento de la visita al centro este sábado, más de 40 niños estaban en cola.
No había un solo asiento disponible dentro de la sala de espera y algunos padres optaron por sentarse en la periferia, vigilando de vez en cuando los tickets para no perder el turno.
Una de esas madres era Ruthdelania Ramos, de Cancino Adentro, quien buscaba asistencia para su hijo de un año.
«El jueves le empezó la fiebre. Lo tratamos en casa, con su buena hidratación. Venimos de la clínica Integral II y de ahí nos fuimos de tantas personas que había. Cuando llegamos aquí (al Hugo Mendoza) encontramos 20 personas delante de nosotros», comentó.
Ramos asegura que, de acuerdo al hemograma que se le practicó, el niño tiene plaquetas de más, situación que los lleva a descartar que sea dengue pero esperaban el diagnóstico final de parte de su pediatra.
Muy cerca se encontraba Sonia (nombre ficticio), una madre de ocho niños y abuela de otros tres.
La señora residente en Sabana Perdida, Santo Domingo Norte, llegó al Hugo Mendoza acompañada de su hijo de nueve años, quien presenta cinco días consecutivos con fiebre alta, en un hogar donde, recientemente, otra de sus hijas, de 16 años, superó un cuadro de dengue.
Durante el transcurso del sábado, el niño vomitó tres veces. Esta fue la señal de alarma para Sonia movilizarse al hospital.
La señora estaba impaciente porque su pequeño le decía que tenía hambre y «quería una papita».
Sonia afirmó que solo tenía 100 pesos en los bolsillos y no sabía si era lo más prudente, considerando que el menor había expulsado lo poco que había ingerido en el día.
«A la hermana yo le hice su jugo de guayaba con ají morrón para subirle las plaquetas, pero este no lo tolera», se lamentaba.
Con gran premura, Génesis y su hijo Alan salieron de la Emergencia al ver el cúmulo de gente.
La joven madre desistió de hacerle la evaluación médica a su hijo, quien presentaba fiebre no muy alta y algunas erupciones en la piel.
«Aquí hay gente desde las 12:00 y siguen afuera», dijo la residente en Cancino cuando eran casi las 7:00 de la noche. «Su fiebre no es constante, será por la dentición», agregó la mujer, como queriendo justificar la razón de su deserción.
En el caso de Margarita, residente en Guaricanos, se movilizó junto a su padre y su esposo para evaluar a su hija de seis meses.
«La fiebre le empezó anoche. Hay que moverse rápido. Esos son los padres irresponsables que los dejan en la casa», dijo el abuelo mientras la madre trataba de recolectar una muestra de orina para completar los análisis de la bebé.
En la noche de este sábado primaban los pacientes pediátricos sobre los adultos.
Una madre narró que su hija adolescente de 13 años presentaba fiebre y un fuerte dolor de cabeza. Luego de pasarle un suero, fueron enviadas a su casa con la indicación de que si la fiebre persistía regresaran el lunes.
Otros padres estaban a la espera de los resultados para confirmar o descartar que el dengue es el causante (o no) de los cuadros febriles que presentan sus hijos.
El dengue es una enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti, el cual se desarrolla en aguas limpias. Actualmente, circula el serotipo 3 que no se detectaba en el país desde hacía cuatro años y en menor proporción, el serotipo 2, razón por la cual los niños han sido los principales afectados en este aumento de casos que se viene observando.
A la fecha, las autoridades de Salud Pública han confirmado seis muertes asociadas a este virus