Dajabón, RD.’En medio de tensión que se vive en el área donde haitianos construyen un canal para trasvasar agua del río Masacre, que forma la frontera natural de República Dominicana y Haití, se han estado preparado trincheras ante el temor de eventos violentos.
En esos espacios ya se registra un aumentado de la presencia de soldados del Ejército Dominicano y agentes haitianos de la Brigada de Vigilancia de Áreas Protegidas (BSAP).
Las trincheras defensivas que permiten disparar a cubierto, en caso de algún enfrentamiento, son preparadas en sacos con arena gruesa.
Esto ya ocurre a ambos lados haitiano y dominicano, donde se ha podido observar la presencia de militares armados del Cuerpo Especializado en Seguridad Fronteriza Terrestre (Cesfront), así como agentes de protección ambiental de Haití.
“Sí, esos sacos los tenemos aquí para si ellos nos vienen a atacar a nosotros. Si ellos no tiran gases nosotros también le vamos a tirar, para eso estamos preparándonos”, expresó un agente del BSAP.
Debido a la tensión e incertidumbre que ha generado la construcción del canal, cientos de haitianos continúan llegando a la provincia de Dajabón para retornar a su país natal, dónde agentes del Cesfront les permiten el paso en horas de la mañana por el paso fronterizo.
Este cruce de frontera fue cerrado el pasado 15 de septiembre, por la construcción del canal construido por civiles en Juana Méndez-Haití, en un abierto desafío a las autoridades dominicanas.
Este fue el motivo que llevó al gobierno de Luis Abinader a tomar la decisión de cerrar la frontera terrestre, marítima y aérea hasta tanto la obra sea paralizada.
LA PROTESTA DOMINICANA
El gobierno de República Dominicana ha estado protestando por este problema desde el año 2021 contra la construcción de una toma en este río.
Este año, el gobierno de Luis Abinader decidió tomar medidas frente a Haití tras la decisión de organizaciones de la sociedad civil de reanudar la construcción de la obra.
En agosto de 2018, Haití inició la construcción de un sistema de riego, abastecido por las aguas del río Masacre con el doble objetivo de controlar sus inundaciones e irrigar más de 3.000 hectáreas de tierra en la llanura de Maribaroux. La empresa cubana DINVAI ejecuta la construcción del proyecto desde junio de 2019. Las características técnicas de la obra incluyen 2,6 kilómetros de canal que estará conectado a un antiguo canal colonial restaurado, el Trop Plein.