Temor por desbordamiento rio Masacre recuerda tragedia de 2004 en Jimani, que causó la muerte a más de 400 personas fallecidas y grandes daños
SANTO DOMINGO, RD.- Los temores ante un eventual desbordamiento del rio Masacre, han revivido la tragedia causada por una situación similar a la del rio fronterizo “Blanco” ó “Soliette”, cuyo nacimiento se encuentra en territorio haitiano, cuyo cauce despertó su dinámica mortal, la madrugada del lunes 24 de mayo 2004, cuando después de unas 24 horas de importantes lluvias en toda la región, rompió la presa provocando un desbordamiento que termino con un saldo de más de 400 personas muertas en el poblado dominicano de Jimani.
Sus aguas se acrecentaron a unos niveles que rayaban sobre los 148.8 milímetros, equivalentes a 148.8 litros de aguas por cada metro cuadrado; suficientes para dentro de una cuenca estimada en unos 150 kilómetros cuadrados, arrase todo a su paso; y justamente las aguas desbordadas destruyeron la presa que erigiera el gobierno haitiano y la cual evidenciaba vicios de construccion.
Es importante resaltar la disparidad de los montos precipitados de aguas, ya que mediciones oficiales dieron lectura de 110 milímetros de agua, mientras que otros lo estiman en alrededor de 250 milímetros de agua.
El río Soliette, un gigante dormido durante más de 90 años que nace en Haití y que esperó pacientemente para cobrar venganza.
El río Soliette desbordado y la rotura de la presa en Haití, fue causa de más de 400 muertes de humanos, solamente en Jimaní, con el barrio La Cuarenta sepultado en aguas y lodos, para una panorámica que envolvió daños cuyas cifras andan por las 903 viviendas inundadas, 212 en destrozó, 71 con daños menores y unas 35 para limpiezas mayores; todos estos números, sobre todo los fatales, podrán ser los más aproximados, pero, nunca, jamás, los exactos, dados en una fronteras, donde los registros humanos son inexistentes.
Nunca se informo públicamente de las debilidades estructurales y ni siquiera se hizo mención entonces de la rotura de la presa, detalles que ahora cobran significado ante la construcción de una canal en territorio haitiano, para el trasvase de las aguas del rio Masacre, que inicialmente fuera empezado a ser construido por una empresa cubana y que luego quedara en personal técnico de dudosa calificación.
Cabe significar que en la parte dominicana había una pequeña población, despoblada ya, al momento de la riada, llamada los Blancos, por la cual, este río, que al momento de referencia, contaba 90 años de inacción, es llamado “Río Blanco”, este lugar se encuentra al suroeste del lago Enriquillo.
Esta riada, enorme y veloz, desarrollada en menos de seis horas de esa madrugada, nacida en la segunda altura de la isla, deforestada, y desprotegida por falta del crecimiento radicular en sus superficies y acelerada por una diferencia de altura que se acerca a los dos mil metros de nivel o altura, violentó radicalmente la vida de la zona, y la del curso mismo río, es mi tesis, sellando una falla geológica bajo el curso del mismo, por lo que empezó el fenómeno de subida del nivel freático del poblado de Jimaní, empezó a expresarse desembocadura o afluencia de río Soliette en el Lago Azuei, por los frentes y lados de las aduanas, y empezó a alimentarse las arcas de la Laguna de el Limón, seca en su totalidad al 24-5-2004; esta realidad, movió el futuro del nivel del Lago Azuei, llevándolo en un futuro comprendido en los siguientes tres años, colapsando Aduanas y carretera Mal Passe; el cambio de conducta de este río fue tan visible, que pasados estos eventos, ya por los años 2007-2010, obsérvanosle, por más de dieciocho meses, comportamiento de rio permanentemente superficial.
De las 903 viviendas invadidas, 620 fueron dañadas por la crecida del río, 212 quedaron en ruinas, 71 resultaron con daños parciales y 35 fueron sometidas a labores de limpieza a causa de la basura y las aguas negras.
El fenómeno concitó la atención del mundo, y obligó a las autoridades a declarar en estado de emergencia la zona afectada. Unos RD$12 millones de pesos fueron recaudados para labores de socorro.
Organismos nacionales e internacionales, representantes del cuerpo diplomático, gobiernos amigos, empresarios locales y del exterior se hicieron presentes con donaciones en efectivo, raciones alimenticias, medicina, agua, ropa, tiendas de campaña, vehículos de rescate y otros útiles. No eran las últimas lluvias. Entre el 23 y 25 de mayo, volvió el agua, que dejó pérdidas a la agricultura por RD$1,029 millones.