Al menos la mitad de la población haitiana, incluido 3 millones de niños, necesita ayuda humanitaria. Pero, los fondos para responder a la crisis son “lamentablemente inadecuados” dijo el secretario general de las Naciones Unidas Antonio Guterres.
Haití es un país doblegado: a merced de una profunda y larga crisis alimentaria y de la seguridad, más de la mitad de su población necesita ayuda humanitaria para sobrevivir. Y el escenario está más lejos que nunca de mejorar: los medios de subsistencia están destruidos y el acceso a los servicios esenciales limitados por las pandillas que han bloqueado las carreteras que conectan la capital, Port-au-Prince, con el resto del País.
Las violentas bandas armadas son al menos 200 y tienen en jaque el país de apenas 11 millones de habitantes. Catherine Russel es tajante en la sesión informativa del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre la actual situación en el país caribeño: “La crisis en Haití empeora a diario”.
María Isabel Salvador, representante especial de la Onu, relata que a diario las pandillas cometen asesinatos, violencia sexual -incluidas violaciones colectivas y mutilaciones genitales- y secuestros hasta de altos funcionarios públicos. Ni los niños se salvan de las acciones violentas de los grupos armados. Sólo la semana pasada, la agencia de la Onu consiguió la liberación de casi 60 menores después de que esos fueran retenidos por grupos armados que tomaron el control de una escuela en la capital, Port-au-Prince.
De los aproximadamente 2 millones de personas, 1.6 millones de mujeres y niños viven en áreas controladas por las pandillas. “Hay niños que son asesinados o lesionados en el fuego cruzado, algunos mientras se dirigían a la escuela”, indicó la directora de la agencia de las Naciones Unidas para la infancia. “Otros están siendo reclutados por la fuerza o están uniéndose a grupos armados debido a que están totalmente desesperados”.
Aparte de la inseguridad, otro grave problema al que se enfrenta la población infantil haitiana, es la crisis alimentaria y nutricional. Desde 2022 se registra un incremento sin precedentes del 30% de niños afectados por emaciación grave que es la forma de desnutrición más letal. Ahora son más de 115.000. Es una situación extrema que necesita una solución inmediata porque, sin una terapia adecuada, los niños desnutridos tienen una probabilidad de morir cinco veces más alta. Además, añade Russell, “la crisis de desnutrición coincide con un brote de cólera en curso, en el que casi la mitad de los casos sospechosos son de niños menores de 14 años”.
A pesar de la necesidad de ayuda que sería vital para la mitad de la población del país caribeño, la inseguridad de las rutas de transporte y la falta de financiamiento impiden que la ayuda llegue a quién la necesita. “En lo que va del año, la ONU ha recibido apenas el 25% de los 720 millones de dólares que requiere para cubrir las necesidades humanitarias del País”, declaró Russell. Antonio Guterres, secretario general de la Onu hizo eco a lo dicho por Russell al declarar que para acabar con la que él define “una pesadilla con los ojos abiertos” los fondos disponibles son “lamentablemente insuficientes”.
Mientras tanto, el 3 de octubre, el Consejo de seguridad de las Naciones Unidas aprobó la resolución presentada por EE.UU. para el envío de una fuerza internacional de paz en el País. La misión multinacional, de la duración inicial de doce meses, es liderada por Kenia y tiene el objetivo de sostener a las fuerzas de policía haitianas para reprimir la violencia que está destrozando al País.