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Las creencias populares hablan de asesinatos e intercambios por dinero. Los empleados de la morgue y un médico forense invitan a los matices
Solemnemente, Mimose Vil se acercó al ataúd, adornado con flores de tonos variados, colocado en el catafalco de la Iglesia Bautista de Fermathe el 1 de febrero de 2020.
Vil examinó minuciosamente el velo fúnebre que cubría la cabeza de los restos para hacer un descubrimiento impactante: el cuerpo sin vida desplomado en el féretro de terciopelo – por el que acudió el afligido público – no era su abuela, Simone Ermilus, fallecida una semana antes, la dama dijo AyiboPost.
Incidentes de este tipo aumentan la mala reputación de las morgues en Haití. Familias como Vil dicen que reciben cuerpos de extraños. Otros relatan haber recibido muertos extrañamente mutilados, después de haber depositado cadáveres en perfectas condiciones para su conservación.
Incidentes de este tipo aumentan la mala reputación de las morgues en Haití.
Estos hechos, aunque raros, alimentan creencias que sugieren que los empleados de la morgue asesinan a personas inertes o intercambian cadáveres ilesos por dinero.
Los padres de Simone Ermilus, al darse cuenta de que su cuerpo había sido cambiado por otro, suspendieron el funeral.
Sacaron el ataúd de la iglesia, lo metieron en un vehículo de transporte y regresaron a la funeraria para aclarar la situación.
El abogado de la funeraria intentó resolver el asunto ofreciendo a la víctima dinero para encubrir el asunto, según la familia. “Nos negamos categóricamente”, confiesa Vil a AyiboPost.
Después de inspeccionar el registro de entierros organizado por la empresa funeraria y un folleto funerario ilustrado con la imagen de su abuela, los familiares de Simone Ermilus se dieron cuenta de que su abuela ya llevaba trece días enterrada.
Familias como Vil dicen que reciben cuerpos de extraños. Otros relatan haber recibido muertos extrañamente mutilados, después de haber depositado cadáveres en perfectas condiciones para su conservación.
Tres días después del fallido entierro, Simone Ermilus fue desenterrada para ser devuelta a su familia.
“Aparte de sus ojos, que se habían salido de sus órbitas, no sufrió daños graves”, comenta Mimose Vil, informando que se organizó una modesta conmemoración para enterrar sus restos por segunda vez.
Un caso similar se registró en el municipio de Verrettes en mayo de 2012 durante el funeral de Madeleine Jeanty en la Iglesia de Dios del municipio.
Familiares y otros allegados se encontraban presentes en el templo decorado de morado y negro para el entierro, cuando la única hija del difunto, que llegó llorando, insistió en mirar el cadáver: no era el de su madre.
Los familiares y seres queridos de los fallecidos acudieron al tanatorio. Después de discusiones muy acaloradas, los funcionarios de la morgue les permitieron realizar una búsqueda entre los demás cadáveres instalados en la empresa.
Estos hechos, aunque raros, alimentan creencias que sugieren que los trabajadores de la morgue asesinan a personas medio muertas o intercambian cadáveres sanos por dinero.
Hacia las dos de la tarde, la familia de Madeleine Jeanty encontró su cadáver apilado bajo otros cuerpos sin vida en la morgue, según Cardo Gérard Dimanche, un familiar de la familia que estuvo presente ese día para presenciar la ceremonia fúnebre de la fallecida.
El entierro de Jeanty en un sótano familiar se realizará con un asistente muy reducido al final del mismo día, según Dimanche.
Cada familia tiene su propia teoría para explicar el intercambio de cadáveres.
Para Mimose Vil, el cuerpo de su abuela, más presentable, fue cambiado por otro, "insignificante y mal mantenido", para ocultar a los hijos de esta última que viven en el extranjero que murió en malas condiciones, deplorables a pesar del dinero que las diásporas enviaban frecuentemente a casa. cuidar de sus madres. AyiboPost no pudo verificar esta teoría de forma independiente.
“La otra familia, que vivía no lejos de nosotros, hizo arreglos con la funeraria para salvar las apariencias”, insiste Vil.
Contactado por AyiboPost, el dueño de la empresa funeraria del mismo nombre, Louisimond Paul, ubicada en el área metropolitana, dijo que este episodio tenía casi tres años y que le resultaba difícil recordar los puntos principales de la historia.
“Habíamos llegado a un acuerdo amistoso”, afirma secamente, sin dar más detalles.
Cada familia tiene su propia teoría para explicar el intercambio de cadáveres.
En el caso de Madeleine Jeanty, Franscen Duperna, pariente de la fallecida, cuenta a AyiboPost que los familiares tenían “fobia a los cadáveres” y no fueron a la morgue para comprobar el cadáver antes del parto.
"Estos casos son innumerables", afirma Dieulord Charlotin, empresario funerario que presta sus servicios a la empresa funeraria "Puissant" de Miragoâne.
Para Dieulord, la responsabilidad principal recae en las empresas de pompas funebres. “Cuando se presentan estas situaciones, muchas veces terminan de forma muy abrupta, ya sea con la huida, la muerte o la prisión de los enterradores”, afirma el profesional.
Otras situaciones más violentas tienen lugar dentro de los muros de las morgues, según dos testimonios recogidos por AyiboPost.
El 2 de septiembre de 2017, la iglesia nazarena de Marin en Plaine cantaría el funeral de Gregory Will, un joven que entró en coma y luego murió en su cama de hospital el 12 de agosto del mismo año.
Para sorpresa de los presentes, la ropa del muerto estaba arrugada y manchada de sangre. Tenía una fractura en la pierna derecha y un agujero en el centro de la cabeza, informa su hermana materna, Tyler de Varrens Michel.
Cuando estas situaciones se presentan, muchas veces terminan de forma muy abrupta, ya sea con la huida, la muerte o la prisión de los enterradores.
Convencida de que el joven fue asesinado en la morgue, la familia llevó su cuerpo a la funeraria situada en Plaine, según Michel. Pasó tres meses en la morgue hasta que funcionarios de la empresa amenazaron con deshacerse de él.
La familia quería presentar una denuncia, pero recibieron “llamadas anónimas” advirtiéndoles que corrían el riesgo de “perder a otro miembro de la familia” si presentaban una denuncia, dice Michel.
Gregory Will finalmente será enterrado en diciembre de 2017.
Un caso similar se repetirá un año después durante el funeral de Snick Jean-Louis en Puerto Príncipe.
El hombre tenía inflamación en los pies y problemas cardíacos cuando fue hospitalizado en 2018. Luego de declararse su muerte, pasó dos semanas en la morgue.
El día del funeral, “el cuerpo entregado estaba completamente desfigurado. Tenía un agujero en el cuello y la cara herida sangraba”, testimonian su primo Jupson Jean-Louis y dos personas que presenciaron el incidente.
“Todas estas heridas las sacó de la morgue”, insiste Jupson Jean-Louis a AyiboPost.
La familia llamó a un juez de paz que nunca pudo acudir a recoger las conclusiones. Los funcionarios del depósito de cadáveres “no admitieron haber asesinado a mi primo, pero pidieron negociaciones para evitar un escándalo en el hospital”, revela Jean-Louis.
El cuerpo entregado estaba completamente desfigurado. Tenía un agujero en el cuello y su cara dañada sangraba.
Según el Código Civil de Haití (artículos 76 a 87), la declaración de defunción debe ser realizada por un profesional calificado. Ninguna funeraria puede recibir un cadáver sin una declaración periódica de defunción.
En realidad, las familias a menudo se encargan de verificar las muertes y envían a sus seres queridos a la morgue sin experiencia forense y, a menudo, sin el consejo de un juez de paz.
Una creencia persistente es que algunas personas que aún están vivas y enviadas a la morgue por error vuelven a la vida a través del contacto con el frío.
Haití sólo tiene un instituto de medicina forense, y esta estructura se ve incapaz de funcionar correctamente debido a la falta de presupuesto y a un marco jurídico deficiente, según declaró a AyiboPost el director del instituto, el médico forense Jean Armel Demorcy.
“Estos incidentes son muy reales en el país porque no hay supervisión estatal”, analiza el doctor Demorcy.
Una creencia persistente es que algunas personas que aún están vivas y enviadas a la morgue por error vuelven a la vida a través del contacto con el frío.
Es imposible que un muerto despierte en la morgue, según los especialistas. Sin embargo, en caso de muerte aparente, si la persona no ha recibido una inyección de productos químicos, “puede despertarse en contacto con el frío, dependiendo de las condiciones de almacenamiento de la morgue”, sostiene el doctor Demorcy.
Los padres no siempre tienen razón. Según el médico forense, el instituto recibió dos casos en años anteriores en los que la familia afirmó que la persona fue asesinada en la morgue. Sin embargo, tras la autopsia se reveló que la persona ya había fallecido antes de ser trasladada a la morgue.
Dieulord Charlotin habrá trabajado durante cinco años como enterrador en “Puissant”, una funeraria de Chalon. Dice que nunca ha presenciado un caso en el que una persona bajo el cuidado de la empresa se haya despertado.
Los daños que han notado algunas familias se deben a que algunas empresas funerarias tienen dificultades para conservar los cuerpos en condiciones dignas. A veces los cadáveres son tratados “bruscamente”, lo que puede explicar por qué algunos cuerpos presentan determinadas lesiones o fracturas.
Además, una parte del cuerpo puede empezar a descomponerse si los dispositivos de conservación no funcionan normalmente, explica Charlotin.
El maltrato que sufren los cadáveres o los intercambios de cuerpos traumatiza a determinadas familias, según testimonios.
Tres años después del entierro de Simone Ermilus, Mimose Vil declara haber tomado la decisión de asistir sólo a una parte del funeral. “No puedo superar el hecho de que mi abuela no tuvo un funeral digno del rango, respeto e importancia que la familia le daba”, dijo Vil. Fuente Junior Legrand, Tchita Joachim y Rolph Louis´Jeune de Ayibopost
