La República Checa celebra hoy un día de luto nacional por el tiroteo en la Facultad de Filosofía de Praga, que causó el jueves la muerte de 15 personas, entre ellos el agresor.
Entre los actos funerales hubo una misa de difuntos en la catedral de San Vito, con asistencia del jefe de Estado, Petr Pavel, y de los jefes de las dos cámaras parlamentarias.
«Estamos viviendo un horror enorme. Pero es incomparable con lo que sufrieron las víctimas, sus personas cercanas y los heridos», dijo antes de la ceremonia a la cadena pública CT24 el presidente del Senado, Milos Vystrcil.
«No se trata sólo de mejorar la seguridad de las universidades, sino de cómo funcionan los medios de comunicación y cómo educamos a nuestros hijos y nietos», afirmó también el político conservador, tras repetidas llamadas a la prensa realizadas desde el Gobierno para observar discreción a la hora informar sobre la tragedia.
La policía investiga hasta ocho presuntos delitos de desinformación, apología de la violencia y amenazas vertidas en redes sociales, y ha detenido ya a varias personas de manera preventiva.
Y es que la democracia, continuó Vystrcil, «consiste en encontrar la frontera entre la libertad y su regulación».
Los edificios oficiales tienen la bandera del país a media asta y un estandarte negro, y al mediodía batieron las campanas de las iglesias para marcar el inicio de un minuto de silencio.
En el rectorado de la Universidad Carolina, que tiene un amplio ámbito delante, se ha creado una zona de devoción donde muchas personas encienden velas, algo que también ocurre en la Facultad de Filosofía, donde ocurrió la tragedia.