Rusia disparó este viernes más de 150 misiles y drones contra varias ciudades de Ucrania y provocó al menos 30 muertos y más de 160 heridos, en uno de los ataques aéreos más importantes en “mucho tiempo”.
“No habíamos visto tanto rojo en nuestras pantallas desde hacía mucho tiempo”, reconoció Yuri Ignat, portavoz de la Fuerza Aérea ucraniana, quien afirmó que se trata “del ataque con misiles más masivo” con la excepción de los que se produjeron los primeros días tras el inicio de la invasión rusa, el 24 de febrero de 2022.
Según el último balance de víctimas, comunicado por el ministro ucraniano del Interior, Igor Klymenko, al menos 30 personas murieron y más de 160 resultaron heridas.
Según el Estado Mayor ucraniano, Rusia disparó cerca de 160 artefactos, incluido misiles de crucero y drones Shahed. La defensa antiaérea logró interceptar 88 misiles y 27 drones.
“Rusia utilizó todo tipo de armas de su arsenal”, aseguró el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, en la red social X.
El Ministerio de Defensa ruso se limitó a comunicar que “habían alcanzado todos sus objetivos” e indicó que hubo “un bombardeo de envergadura” entre el 23 y el 29 de diciembre contra infraestructuras militares, depósitos de municiones y bases de soldados ucranianos y mercenarios extranjeros.
El ataque tuvo lugar tres días después de que Moscú reconociera que el buque “Novocherkassk” resultó dañado el martes debido a un bombardeo ucraniano en Feodosia, en la anexionada península de Crimea.
Esta semana también estuvo marcada por el anuncio por parte del ejército ucraniano de un repliegue a los suburbios de Marinka, una localidad del este del país que el ejército ruso afirma haber conquistado.
Reino Unido anunció este viernes que enviará cerca de 200 misiles antiaéreos a la ex república soviética para reforzar su capacidad de defensa.
La entrega de misiles “envía un mensaje inequívoco de que, frente a la barbarie rusa, Reino Unido sigue absolutamente comprometido a apoyar a Ucrania”, dijo el ministro británico de Defensa Grant Shapps, en un comunicado.
Estados Unidos también anunció el miércoles el desembolso de 250 millones de dólares en ayuda militar para Ucrania, el último paquete de apoyo disponible para el gobierno sin la aprobación del Congreso.
El presidente estadounidense, Joe Biden, exigió el viernes al Congreso superar divisiones y “actuar sin más demora” para aprobar el envío de ayuda.
“Hacemos todo lo que podemos para reforzar nuestro escudo aéreo, pero el mundo debe ver que necesitamos más ayuda y medios para detener este terror”, afirmó Andrii Yermak, jefe de la administración presidencial ucraniana, en Telegram.
Zelensky visitó el viernes Avdivka, una ciudad del frente oriental que sufre reiterados asaltos de las fuerzas rusas desde hace meses.
Es es “una de las zonas más difíciles en la línea del frente”, dijo.
Durante la madrugada del viernes, los alcaldes de Leópolis (oeste) y Kharkiv (nordeste) informaron de bombardeos nocturnos contra sus localidades.
Periodistas de la AFP también escucharon fuertes explosiones a primera hora de la mañana en Kiev.
En un barrio del norte de la capital ucraniana, un hangar de 3.000 m2 estaba en llamas y allí se produjeron “numerosos heridos”, según el jefe de la administración militar de la capital, Serguéi Popko.
Según el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, siete personas “están actualmente ingresadas en un hospital” y quedó dañada una estación de metro utilizada como refugio antiaéreo.
Los bombardeos también afectaron las localidades de Dnipró (este) y Odesa (sur), según las autoridades locales.
El Ministerio de Salud informó que una maternidad “quedó muy dañada” en Dnipró, donde el alcalde informó de muertos y heridos.
En Odesa, un inmueble se incendió después de que impactaran en él los restos de un dron abatido.
Las autoridades locales indicaron que hubo un muerto y tres heridos en Leópolis, una ciudad situada a unos 70 kilómetros de la frontera con Polonia, muy lejana al frente y donde los ataques resultaron muy poco habituales en los últimos meses.
Polonia aseguró haber detectado un objeto volador “que llegó desde la frontera con Ucrania” en el pueblo polaco de Zamosc, en la parte oriental de este país miembro de la OTAN.
Iniciada en junio, la contraofensiva ucraniana fracasó y el ejército de Kiev no logró avances territoriales a lo largo de 2023, en que no hubo cambios significativos en el frente.