Se construyó en el siglo XVI, estuvo en ruinas durante 300 años y hoy es uno de los puntos más históricos de República Dominicana.
El palacio más antiguo de América, que permaneció en pie durante los últimos cinco siglos, se llama Alcázar de Colón y, como su nombre lo indica, perteneció a los descendientes de Cristóbal Colón.
Sin embargo, aunque la propiedad se diseñó para que las generaciones de esta familia la conserven por siempre, quedó abandonada antes de cumplir 100 años de historia y sobrevivió de milagro.
Hoy es uno de los puntos históricos más relevantes de República Dominicana, que alberga objetos únicos pertenecientes a los primeros europeos que registraron su viaje por nuestro continente.
El palacio más antiguo de América surgió como un proyecto, financiado por el rey Fernando el Católico, que decidió construir un solar para entregarle a Diego Colón, el primer hijo de Cristóbal.
Rápidamente, la obra se completó entre 1511 y 1514. Aunque se desconoce el arquitecto responsable, sí se comprobó que la estructura es similar a una que permanece en ruinas, en Mancera de Abajo, Salamanca, España.
Por lo tanto, su diseño se logró con mampostería de rocas coralinas, que decoraban el exterior de la enorme propiedad que, en sus años dorados, llegó a tener 55 habitaciones.
Y, como era de esperar, el Alcázar de Colón se convirtió en el hogar de la familia europea, utilizado por las generaciones posteriores a la de Cristóbal Colón. Es decir, allí nacieron sus cuatro nietos:
Según los historiadores, Don Diego Colón falleció a mediados de 1526 en España, mientras que su viuda, María Álvares de Toledo, permaneció en el palacio de República Dominicana hasta su muerte, en 1579.
Finalmente, sus descendientes habitaron la propiedad hasta 1577, año en el cual comenzaría su lento proceso de abandono, en el que permaneció durante tres siglos.
El Alcázar de Colón, que es la única residencia conocida de la familia, además de la vivienda de Génova donde nació Cristóbal, quedó completamente deshabitada antes de que concluya el siglo XVI.
Por lo tanto, en los años posteriores la estructura colapsó por completo. Hubo un intento de salvarla en 1776, con el objetivo de convertirla en una cárcel pública, pero nunca se concretó.
De esta manera, luego de haberse convertido en un rústico corral de animales, los pocos recintos que sobrevivieron, observaron la luz en 1870, cuando el sitio se declaró Monumento Nacional.
Sin embargo, hubo que esperar hasta el periodo de 1955 a 1957 para observar los primeros trabajos de restauración y reconstrucción del Alcázar de Colón, que actualmente es un museo histórico.
Quienes visitan República Dominicana y viajan hasta su capital, Santo Domingo, tendrán la posibilidad de caminar por la Plaza de España y contemplar la fachada del Alcázar de Colón, que ya tiene 509 años de antigüedad.
Acto seguido, muchos turistas ingresan en el establecimiento, que conserva 22 habitaciones originales, integradas por:
